Cazan a una anciana que intentaba introducir cocaína y hachís en la cárcel durante una visita a su hijo

La detenida, de 86 años, fue localizada con los estupefacientes antes de que se produjese el encuentro en la prisión

La octogenaria llevaba 374 monodosis de crack listas para ser distribuidas en Juan Grande

Parte de las sustancias estupefacientes intervenidas a la anciana en la cárcel de Juan Grande

Parte de las sustancias estupefacientes intervenidas a la anciana en la cárcel de Juan Grande

Un encuentro con su hijo, el lunes por la mañana, en las instalaciones de Juan Grande, era el momento acordado para que una mujer, de 86 años, introdujese cocaína, crack y hachís en el centro penitenciario Las Palmas II. Se lo tenía que dar a su vástago, interno en la prisión, durante la visita, pero una investigación policial frustró los planes familiares. Los funcionarios de prisiones localizaron a la anciana antes de que llegase a ver su descendiente y le incautaron crack, cocaína y hachís, listos para ser distribuidos y hacer negocio tras las rejas.

El intercambio frustrado de mercancías y el arresto de la octogenaria sucedieron hace tres días. La mujer, que hasta ese momento no acumulaba antecedentes, tenía una cita con un interno del centro penitenciario, su hijo, según informan fuentes policiales. Ahí se realizaría el traspaso de drogas.

Pero agentes de la Policía Nacional de la Comisaría Local de Telde descubrieron los planes, gracias a diversas investigaciones, y averiguaron que el intercambio era inminente. Sabían cuándo la mujer se iba a desplazar hasta Agadir, localidad de San Bartolomé de Tirajana en la que se encuentra la prisión, para ver a su hijo y darle los estupefacientes. Él podría ser el nuevo rey de Juan Grande con esa mercancía o, al menos, hacer su vida mucho más sencilla en la prisión. 

Los investigadores de Telde, a cargo de la operación, pusieron en marcha un dispositivo policial con el fin de localizar a la anciana y evitar que las sustancias fuesen introducidas en el centro penitenciario. Para ello, dieron la voz de alarma a los funcionarios de prisiones y aportaron la descripción física, nombre y características de la mujer para poder detectarla, a ser posible, en el control, antes de que accediese a las instalaciones.

Vigilancia

Los funcionarios de Las Palmas II pudieron corroborar la información. El reo tenía una cita y esta todavía no se había producido. Comenzó la vigilancia para frustrar el encuentro. Y así ocurrió: la octogenaria fue interceptada a su llegada a Juan Grande. 

Al verse descubierta por los funcionarios y los agentes de Policía Nacional, no opuso resistencia. Al contrario, de forma espontánea dijo a los agentes que una tercera persona le había dado la droga y que ella se la iba a llevar a su hijo. También accedió voluntariamente a entregar sus pertenencias, donde ocultaba las sustancias, a los policías. 

El delito

En total, los agentes intervinieron 16,7 gramos de cocaína base o crack que habrían sido suficientes para elaborar 374 monodosis, dos gramos de cocaína y 281 gramos de hachís. La octogenaria fue detenida y acusada de un presunto delito de tráfico de drogas.

Esta no es la primera vez que los funcionarios de la prisión de Juan Grande se enfrentan a un hecho de este tipo. En enero, tres mujeres sin antecedentes fueron arrestadas por intentar meter durante varias citas en la cárcel heroína, hachís, un móvil, una navaja y un puñal. Y en agosto otras tres personas, entre ellas también la madre de un recluso, cayeron al descubrir que le suministraban droga a demanda del interno.