La raza asnal majorera -el único equino autóctono de Canarias, ya que la jaca canaria desapareció del Archipiélago en los años 60 del siglo XX- fue reconocida por el Real Decreto en noviembre de 1997 y es una de las seis de burros incluidas en el Registro Oficial de Razas de Ganado de España, todas ellas en peligro de extinción (las otras cinco son: andaluza, asno de las Encartaciones, balear, catalana y zamorano-leonés). De su conservación y recuperación se ocupan, en Fuerteventura, la Asociación Soo Grupo para la Conservación y Fomento del Burro Majorero y, en Gran Canaria, la Asociación Feria Equina La Culata, si bien hay animales en casi todas las islas del archipiélago.

"Se cita el año 1450 como el de su introducción, realizada a través de la isla de Fuerteventura, por conquistadores asentados en las islas en sus frecuentes incursiones a las costas africanas (...). La característica raya de mulo en la espalda, la banda crucial y las cebraduras en las patas, así parecen indicarlo", señala el informe del Departament de Ciència Animal i del Aliments de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), con quien la Asociación Soo Grupo para la Conservación y Fomento del Burro Majorero había firmado un convenio para determinar las características morfológicas que identifican al burro majorero.

Una propuesta de estándar racial del asno majorero que quedó definida, en cuanto a sus características generales, como: "Descendiente del asno norteafricano. Su alzada oscila entre 100 y 120 cm a la cruz, con pesos comprendidos entre 125 y 175 kg. Apariencia proporcionada. Muy armónicos, y aunque puedan parecer frágiles, son animales muy rústicos, longevos y sobrios. Perfectamente adaptados a los suelos semidesérticos y volcánicos. Vivaces, enérgicos y resistentes a las privaciones".

El burro majorero es descendiente del asno africano (Equus asinus africanus), señala el veterinario Gabriel Fernández de Sierra (1) al redactar un "Programa de conservación de la raza asnal majorera" en 2013. "Si bien inicialmente los burros fueron introducidos en Fuerteventura -escribe-, los mismos se distribuyeron al resto del archipiélago adaptándose a las distintas condiciones: por un lado, islas escarpadas de abundante vegetación y terrenos agrícolas dispuestos en sistemas de terrazas, en el cual un animal de pequeño porte se convirtió en el principal animal de trabajo en la agricultura, y, por otra parte, islas semidesérticas, de orografía más o menos llana donde un animal pequeño y de gran rusticidad constituía principal medio de transporte, carga y trabajo agrícola".

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