Se estima que en el mundo hay mayor número de tigres viviendo en cautividad que en sus hábitats naturales. Muchos de ellos en zoos privados de los Estados Unidos cuyas condiciones de seguridad dejan mucho que desear y que favorecen el tráfico de animales exóticos. Gatitos que son muy monos para hacerse fotos con ellos de pequeñitos. Se llegan a comprar como mascotas, para acabar siendo abandonados en cuanto empiezan a crecer y a aterrorizar a sus propietarios. Para otros, estos grandes felinos se convierten en símbolo de poder y les sirven para dar rienda a su desbordada testosterona, mientras se rodean de arsenales de armas. Ésta es la premisa de la que parte Netflix para Tiger King su último documental true crime, un género que en los últimos años nos ha brindado unos trabajos de gran nivel en distintas plataformas, desde Making a Murderer a The Jinx, pasando por el crimen de las niñas de Alcàsser. La nueva serie de la plataforma nos sumerge en el mundo del tráfico de animales exóticos y nos presenta a una serie de personajes salidos de las cloacas más ignotas de la América profunda. ¿Qué clase de personas son las que tienen tigres enjaulados en el jardín de sus mansiones particulares? ¿Y cómo son quienes se los venden? Cualquiera de ellos podría ser digno de ser exhibido en un zoológico.

Los protagonistas de Tiger King se han visto convertidos en celebridades de la noche a la mañana por el impacto mundial de esta serie documental. En ella, se nos ofrece todo un cocktail que mezcla sectas sexuales, narcos con tigres como mascotas, vaqueros yonkis desdentados, asesinos a sueldo, activistas animalistas sospechosas de asesinato y hasta el trabajador de un zoo que se parte de risa cuando recuerda cómo un tigre causó que le amputaran la mano. Con semejante mezcla (éste es el gran pero de la serie) uno no termina de saber exactamente cuál es la historia que le están contando. Como todo es tan excesivo, es inevitable preguntarse si todo esto va en serio. Porque lo más escalofriante es que todas aquellas personas que vemos son reales. Hasta Ryan Murphy se está planteando llevar esta historia a la ficción en una coproducción con Rob Lowe.

El documental se centra en la vida del cuidador de tigres Joe Exotic, nombre artístico de Joseph Maldonado, y su enfrentamiento con una activista en defensa de los animales Carole Baskin. En la red se han formado bandos de defensores y detractores de ambos, aunque ninguno de los dos sale bien parado en la serie. La disputa entre ellos traspasó los límites de lo dialéctico e intelectual y se hizo más que personal. Puede que todo lo que se lea a continuación pueda ser considerado un spoiler, así que ahí queda el aviso. Tan personal fue la cosa, que Joe llegó a tratar de contratar a un sicario para matarla, circunstancia que precipitó su caída. El polémico personaje está cumpliendo en la actualidad una pena de 21 años de prisión por la conspiración para el asesinato y por el maltrato y muerte de algunos de los animales que tuvo bajo su cuidado. A lo largo de sus siete episodios, la serie va mostrando cómo ese odio fue in crescendo y cómo de la bravuconada se pasaron a las palabras mayores.

Joe Exotic era un personaje tan mediático que material no les ha faltado a los responsables del documental para recuperar algunos de sus testimonios pasados de rosca. No hay palabras para definirle. Amante de los animales salvajes, de las armas, homosexual, músico y cantante de videoclips que dan vergüenza ajena, presentador de su propio programa de televisión... Si hasta se presentó a las elecciones de 2018 para el cargo de gobernador de Oklahoma. Una carrera política ficticia en la que lo único que pretendía era "hablar de su libro" y que convertía a Donald Trump en un candidato serio y moderado. Joseph Maldonado es un personaje con tanto ego y narcisismo que grababa absolutamente todo de su vida. Incluso el ataque de un felino a uno de los trabajadores y la muerte por un disparo accidental de uno de sus maridos, dos de los momentos más impactantes del documental. La estrella televisiva tambíen llegó a filmar las diferentes maneras en las que había pensado para acabar con la vida de su enemiga y que ejemplificaba en las carnes de un maltratado muñeco. Estos vídeos sirvieron para apuntalar su condena. Hay un variado material audiovisual de entre los años 2014 y 2019. Con semejantes precedentes, los realizadores encontraron petroleo cuando decidieron poner un micrófono a todos aquellos que rodeaban al polémico cuidador de tigres y que dan una nueva dimensión a la palabra friki. A diferencia de lo que suele ocurrir en otras investigaciones periodísticas, aquí todo el mundo quiere hablar. Nadie va a perder la oportunidad de hacerse famoso y subirse al pelotazo de los involucrados en otros procesos mediáticos, como el que por ejemplo rodeó a O. J. Simpson.

Carole Baskin es la némesis de Joe Exotic. Tiene un santuario de recuperación de animales en Tampa y una lucha activa por evitar la venta de animales salvajes a particulares. Instalaciones con las que, por cierto, ella tan bien se lucra y su seguridad es tan cuestionable como las de los lugares que ella denuncia. El zoo de Joe Exotic parece haberse convertido para Carole en la personificación de todos los males del tráfico de animales. Pero Joe ha encontrado todo un punto débil en el pasado de su rival y lo convierte en arma arrojadiza: la desaparición del primer marido de ésta en extrañas circunstancias. Señor que era multimillonario para más señas. No hay nada peor que una mala investigación para que tu nombre siempre quede manchado por el estigma. El polémico cuidador de felinos pone el foco sobre las grandes lagunas de las pesquisas policiales e inicia su particular y casi difamatoria campaña contra la activista. Supongo que para Joe lo de menos es que se esclarezca la desaparición del multimillonario. Busca lo que busca, pero sí consigue generar muchas preguntas sobre el caso y hasta que la Justicia se decidiera a reabrirlo.

La serie deja en el aire numerosos interrogantes y que, a juzgar por la repercusión que ha tenido, podrían dar pie para más episodios en otras temporadas. La caída de Joe Exotic se precipita por los testimonios incriminatorios de personas que estuvieron involucradas en la contratación del sicario. Un sicario que tiene nombres y apellidos, que también es entrevistado en el documental y que se pasó al lado de los colaboradores de la Justicia. La pregunta obligada es ¿fue todo una trampa orquestada por los delatores para quedarse con el zoo de Joe? ¿Fue la investigación toda una caza de brujas en la que las autoridades se obsesionaron tanto por encarcelar a su sospechoso que dejaron en libertad a gente que era más peligrosa que él? ¿Realmente mató Carole Baskin a su primer marido y se deshizo del cadáver dándoselo a sus tigres? Tampoco hay que olvidar que Joe Exotic ha apelado su condena y está en plena batalla legal desde prisión por recuperar la libertad. Por lo que aún no ha dicho su última palabra.

En pleno confinamiento por la pandemia del coronavirus, Netflix ha colgado un octavo episodio que serve de epílogo y en el que por vía telemática algunos de sus protagonistas van narrando el impacto que ha tenido el boom de la serie en sus vidas. A la vista de todo parece que Netflix no está dispuesta a renunciar al inesperado éxito de su documental sobre los felinos. Pero también le conviene recordar que, en este tipo de producciones, las segundas partes nunca fueron buenas.