Con octubre volvió 'Millennium'. Y en su quinta temporada lo hizo sometido al mismo desprecio de siempre. A la una de la madrugada. Sin una sola promoción. De tapadillo. El primer asunto planteado por su director y presentador Ramón Colom fue el de las infraestructuras. Tan inabarcable, que durante la mayor parte del tiempo los cuatro ingenieros presentes en el plató se dedicaron a hablar de las ferroviarias, convirtiendo la tertulia en poco menos que una hagiografía del AVE.

Solamente el sentido común del moderador hizo cuestionar algunas afirmaciones que rompían el idílico parlamento de los especialistas. ¿Y si replanteásemos la red radial, qué es eso de que todas las líneas nazcan y mueran en Madrid? ¿Por qué no hablamos del Corredor Mediterráneo? No hubo tiempo para ello, pero los presentes se comprometieron con Colom a hablar del tema de forma monográfica en otro programa.

Por otro lado, en 'La qüestió', programa de debate de 'À Punt' que pretende ser el equivalente a 'Preguntes freqüents' en el espacio de comunicación pública en valenciano, analizaron durante dos horas la situación de la universidad. Me llamó la atención que el invitado estrella del programa (pasó casi una hora en la mesa) fuese un profesor universitario de Almería que se limitó a explicar obviedades, nada que no supiéramos. Como si en Castellón, Valencia y Alicante no hubiese cientos de profesores capaces de aportar un testimonio igualmente valioso.

Y es que volviendo a las infraestructuras, resulta que para trasladarse desde Almería hasta Alicante en transporte público el autobús de línea necesita 5 horas, 7 si se trata de Almería hasta Valencia, con destino Burjassot. Para ir de Alicante a Almería en tren hay que ir primero a Madrid, y luego tomar un Talgo de seis horas de trayecto. De eso no hablaron en 'Millennium'.