El conocido como ministro más fugaz de la democracia, Máxim Huerta, ya no se hace llamar así sino con su nombre de siempre, como lo llama su familia, como se llamaba el propio valenciano antes de pisar un plató de televisión.

Fue en Canal 9, donde presentó informativos en sus orígenes, donde le sugirieron que para que su nombre sonara más valenciano, al Máximo del carné se le podía quitar la o y así, como Máxim, quedaría más mono. Hasta ahora. Este lunes, Máximo Huerta volvió a la tele, a la tele pública, a La 1, después del fiasco de su carrera política como ministro de Cultura en el Gobierno de Pedro Sánchez. No se ha hecho esperar. Es el pago por «los servicios prestados», se ha dicho. También se ha criticado lo que va a cobrar por dos meses. Se ha sabido que será 46.800 papeles. No, no está mal.

Desde la casa, desde RTVE, se justifica diciendo que en la privada se gana más. Seguro que es así. Sólo hay que pensar lo que se embolsa por semana cualquier segundón de 'Supervivientes'. Pero no nos liemos. Sólo otro apunte más para cortar la cabeza a quien ni siquiera la asomó en su nuevo programa, que por cierto es un magacín, es decir, esa mezcla de actualidad y entretenimiento que conocemos, y que se llama ‘A partir de hoy’.

A este señor le han dado ‘A partir de hoy’ porque forma parte del lobby rosa, del club de poder LGTBI. O sea, que se mire por donde se mire, Máximo Huerta tiene que, además de hacer un buen programa, hacer un buen programa para que, si bajara de la carroza del Orgullo -¿subió?- no le rebanen el pescuezo. Que sea la productora de ‘Aquí la tierra’ es un buen augurio. Pero prometo que veré el programa y, sin prejuicios, ya les contaré.