Para acallar a todos aquellos que piensan que poco nuevo hay contar en el género zombie, llega Kingdom. Procedente de Corea del Sur y ambientada en una época feudal con caballeros armados con catanas e intrigas entre príncipes por la sucesión del trono. La serie se estrenó hace unas pocas semanas en Netflix y no ha contado con la promoción y el bombo que se suele acompañar a otros de sus estrenos. El boca a boca y su calidad están poniéndola en el sitio que se merece. La primera temporada de tan solo seis capítulos se ve en un suspiro y deja con ganas de más. Y eso que Netflix tenía plena confianza en que sería un éxito, ya que la renovó para una segunda temporada antes de emitirse. La serie estuvo meses buscando plataforma que la apadrinase, con un rodaje plagado de accidentes y unos astronómicos presupuestos de dos millones de dólares por episodio. Un dinero que se nota, porque la producción está muy cuidada y a la altura de lo que se espera en una serie de época.

El cine coreano nos dejó en 2016 una aclamada película del género zombi, Tren a Buchan, que hizo las delicias de los aficionados. Ese tipo de zombis, los que corren que se las pelan y que extienden la plaga a toda velocidad, son los que vemos en esta serie. Si en The Walking Deadlos muertos van a paso lento y uno puede deshacerse de ellos con relativa facilidad, en Kingdom van persiguiendo a sus presas como si fueran corredores de triatlon. La ventaja de tener una historia que transcurre en la época feudal es que la plaga queda localizada en una zona muy determinada. No hay globalización y tampoco hay aviones que extiendan la infección de una parte a otra del mundo en cuestión de horas. En Kingdom se nos presenta hasta el paciente cero de la infección, algo que en otros títulos del género suele quedar en el más absoluto de los misterios. En cada título zombie entramos en un nuevo universo con sus propias reglas. Aquí los zombies corren, pero también se ocultan cuando llega la luz del día y solo salen de noche (bueno esto sería matizable pero entraríamos en el delicado terreno de los spoilers). No sabemos si la historia que cuenta Kingdom dará para tanto, pero los seis episodios de la serie saben a poco. También pasó lo mismo con la primera temporada de The Walking Dead, que tenía el mismo número de capítulos. La amenaza zombie de Kingdom bien pudiera ser como la de los Caminantes Blancos de Juego de Tronos.

La ambición de determinados personajes de Palacio pone en peligro la integridad del reino tratando de retardar la sucesión en el trono. No es spoiler porque es algo que se sabe desde el principio. El rey es un zombie, que permanece todo el día sujeto con cadenas, y su esposa, con una frialdad equiparable a la de Cersei (Lena Headey), pretende mantener la pantomima de la normalidad para que la corona no pase al heredero. El aspirante al trono es el héroe de la historia y se implica hasta el fondo para tratar de ayudar a la gente mientras la plaga se extiende entre varias aldeas y los soldados le persiguen acusado de traición. Al ser una serie ambientada en el pasado, se da por hecho que no llegará el apocalipsis. Lo cual ayuda a quitar ese tufo de fatalismo que vemos en otros títulos del género y queda sitio para la esperanza.

La guionista parece haberseâ inspirado en un suceso real de la historial de Corea, que es la muerte de miles de personas en el país durante el siglo XIX a causa de una extraña enfermedad. Sin ánimo de hacer una tesis histórica, la imaginación se puso a volar. ¿Y si imaginamos una plaga zombie como la causa? Kim Seong-hun es el director de los seis episodios que componen la primera temporada de esta serie y los seguidores de Sense 8 quizá reconozcan a la actriz Bae Doona como la enfermera que forma parte del grupo de héroes que trata de poner a salvo a la población de las hordas zombis.

Kingdomno es la primera serie que Netflix produce en Corea del Sur. El honor recae en Recuerdos de la Alhambra una serie que, como su nombre parece apuntar, fue rodada en España y llegó a la plataforma hacia finales de diciembre. La puesta en marcha de la división coreana de Netflix ha supuesto el desembarco de toda una serie de títulos procedentes tanto de este país como de otros puntos de Asia por los que uno podría pasarse meses buceando en busca de nuevos títulos interesantes.