Más allá de la tinta: la artesana de las letras de Telde

Marta Rodríguez afirma que las claves para aprender lettering son el compromiso, la constancia y la práctica

Niños y adultos asisten a los talleres que imparte cada semana en su espacio Abril Creativa

Marta Rodríguez Rodríguez, alter ego de Abril Creativa

Marta Rodríguez Rodríguez, alter ego de Abril Creativa / LP / DLP

Con un rotulador casi en paralelo al papel, Marta Rodríguez hace arte. Ella es una de las artesanas de las letras, una apasionada del lettering que ha hecho de la caligrafía una profesión en medio de un mundo cada vez más digitalizado, que desarrolla en Telde, concretamente desde El Jardín de Ico.

Y puede que este contraste, esta actividad casi exótica entre tabletas, móviles y ordenadores, sea lo que haya conquistado a las numerosas personas que se han sumado a esta actividad que se ha convertido, por otro lado, en un nicho de empleabilidad y generación de economía

Marta Rodríguez es la persona que se esconde detrás del nombre de Abril Creativa, un espacio físico y online para “los apasionados por las letras bonitas”. Y es que a través de sus perfiles de redes sociales y en los talleres presenciales que realiza cada semana, son miles las personas de diferentes edades que aprenden a “dibujar letras”. 

Marta Rodríguez en su taller

Marta Rodríguez en su taller / LP / DLP

El nombre de Abril Creativa tiene una importante carta emocional para esta artesana de las letras. Por un lado, abril “es el mes en el que nació mi padre”, una persona que, reconoce, ha sido fundamental en su vida, y “una época del año que siempre fue especial y de la que guardo grandes recuerdos”. Y con este nombre también he querido dejar claro que “la creatividad siempre ha estado muy presente en mi vida; es un recurso al que acudo para dar vida a mi mundo interior”.

Trazos terapéuticos

Marta Rodríguez destaca el carácter terapéutico del arte de dibujar las letras, una peculiaridad que, en muchos casos, fideliza a las personas que se adentran en este mundo. 

“El lettering, que es 100% artesanal, permite la conexión con uno mismo, además de la absoluta mejora de la caligrafía y es muy terapéutico”, afirma esta artista que cada semana imparte talleres tanto para niños como adultos. Quienes repiten, lo hacen porque “siguen deseando descubrir más cosas y tomarlo como una profesión, porque quieren perfeccionar sus letras y caligrafía o porque lo usan como terapia y método para mejorar su capacidad de concentración”. 

“La creatividad siempre ha estado muy presente en mi vida; es un recurso al que acudo para dar vida a mi mundo interior”

Marta Rodríguez

Lo que más sorprende a su alumnado “es cómo se les despierta la creatividad. Muchos comentan que pensaban que no eran creativos y se maravillan al ver lo que son capaces de hacer”. 

Las claves, asevera Marta Rodríguez, “son el compromiso, la constancia y la práctica”.

Una moda que no pasa

La moda del lettering ha cambiado hasta la forma de celebrar los cumpleaños y cada vez son más los niños que optan por un taller como alternativa para hacer con sus amigos ese día. 

Pero también ha supuesto una pequeña revolución en el sector de la papelería con la incorporación de estanterías con material específico para esta actividad en las librerías y comercios, o la apertura de negocios especializados en esta técnica. 

La responsable de Abril Creativa indica que "para iniciarse tan solo es necesario un papel y un rotulador", eso sí, de pincel. Sin embargo, pocos aficionados a esta técnica que tiene como pauta base que el trazado sube fino y baja grueso se conforman con un solo rotulador, y hay muchos tipos de pinceles y tintas.

Esto hace que a medida que la persona se vaya adentrando en el mundo de la caligrafía vaya adquiriendo más material que, por otro lado, "no es económico".

"Hace diez años era una locura encontrar algo en la Isla, pero ahora mismo hay muchas papelerías que traen muchas marcas", apostilla Marta Rodríguez.

Bujo

El lettering, por otro lado, hace un buen tándem con otra alternativa manual a las herramientas digitales, el denominado bullet journal, una suerte de diario personalizado inventado por un neoyorquino que intentaba encontrar un método de organización compatible con su déficit de atención y que ha sido adoptado por millones de personas en el mundo.

Esta modalidad permite combinar todo tipo de técnicas artísticas, entre ellas, el lettering, haciendo de cada agenda o cuaderno verdaderas joyas de arte.

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