Ingeniero técnico forestal, es responsable de los viveros forestales del Cabildo de Gran Canaria y lleva los proyectos de repoblación y silvicultura, así como las estadísticas forestales y la valoración de fincas. Integrado en la Unidad Operativa de Fuegos Forestales de la institución de gobierno insular, en el marco de unos cuadrantes está asignado como director de extinción en caso de incendio. "Tenemos guardias; por ejemplo, esta noche a partir de la 8 y hasta las 8 de la mañana estoy de guardia de incendios y, si hay algún incidente o conato de incendio, se me moviliza para hacer la dirección de extinción", explica el día de la entrevista.

Te conocí en abril de 1996 cuando, por mediación tuya, llegaron a la isla un grupo de forestales alemanes (motosierras en mano) para ayudar y adiestrar en las primeras talas controladas en la cumbre de la isla (en los Llanos de la Pez). Era la primera vez que se hacía algo así y se armó cierto revuelo: "Talan los pinos de la cumbre", decía la gente...

Veníamos de una etapa en la que había habido sobreexplotación forestal. Los restos de bosque que quedaban hace cien años era mínimos, después hubo una política de reforestación y en la mentalidad de las personas cortar árboles no cabía. La gente decía ¿cómo vas a cortar árboles si falta todavía un montón de superficie por reforestar? Los primeros tratamientos selvícolas (porque los pinares, sin tratamiento, estaban demasiado densos) se hacían de lunes a jueves cortando y los viernes se retiraba la madera y se repartía la pinocha, para que cuando llegasen los domingueros a la cumbre el sábado y el domingo pareciese que allí no había pasado nada.

Se cortaban los árboles secos y finitos, porque parecía un pecado cortar un árbol más grueso. Fue muy importante explicar a la población que hay una diferencia entre la corta ahecho de arbolado y lo que es la entresaca. No se trataba de que el bosque perdiese superficie, sino que siguiese ganando con la repoblación y la recuperación, y lo único era ordenar la estructura de los bosques para que no fuesen tan peligrosos y no les afectasen las plagas ni los incendios.

Ya hoy, afortunadamente, la gente lo ha entendido y sabe que con los tratamientos selvícolas Gran Canaria no pierde superficie, sino que mejora la calidad de los actuales bosques. Y bueno, siempre es una ayuda que te venga alguien externo a explicar las cosas (además con una larga tradición de sostenibilidad forestal) a que intentemos nosotros, desde dentro, explicarlo.

22 años después, ¿cómo ha evolucionado y cambiado el cuidado que se le presta a los bosques de la isla?

Ahora ya podemos hacer claras sin problemas, la gente lo entiende. También hemos incluido las quemas prescritas en otoño, invierno y primavera en los pinares de repoblación y la gente ya no se alarma. O si alguien se alarma y llama al 1-1-2 se le explica que es una quema prescrita y lo entiende. Para explicarle las quemas prescritas al sector ambientalista, invitamos a un representante de un grupo conservacionista americano muy importante, The Nature Conservancy, porque en su país ellos mismos son los que gestionan tres millones de hectáreas con fuego prescrito. Para nosotros era fundamental que esta persona transmitiera que quemar se quema en todos lados, el tema es cómo se quema. De alguna forma hemos conseguido normalizar las técnicas, lo que no hemos conseguido todavía es intensificar la actuación, para llevarla a un óptimo que consiga generar un paisaje donde los incendios no tengan la virulencia que tienen ahora mismo.

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