Seis décadas antes de que Gregory Peck paseara su palmito hollywoodiense disfrazado de Capitan Ahab por una ciudad portuaria importante -pero remota, en medio del Atlántico- para rodar 'Moby Dick', ya existía el rótulo "Grand Canary Engineering Co." en todo lo alto de La Isleta. Menuda patada a la vista, caballeros y caballeras. Un cartel que, en esencia, cumplía la misma función que el mítico y universalmente conocido "Hollywood" en el Monte Lee de Los Ángeles: que todos lo que lo vean sepan que aquí hay una industria tan rentable que puede adueñarse del territorio visible.

En la Gran Canaria semicolonial británica del siglo XIX, la Grand Canary Engineering Co. era una filial de la Grand Canary Coaling Co., también visible en el almacén a pie de puerto. Se trataba de una empresa exclusivamente dedicada a reabastecer de carbón a los barcos que convirtieron en potencia económica al Imperio Británico en su puente marítimo con la India, antes de la apertura del canal de Suez en 1869. Y después, comerciando con la rica fruta canaria y dando cobertura logística a los buques que escalaban, procedentes de Sudáfrica y de "otras Áfricas" bajo el control de Su Majestad, para reabastecerse en el Puerto de La Luz.

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