"Nuestras grandes obras hidráulicas merecen ser conocidas", dice el investigador Jaime González, que cifra en 114 el número de grandes presas en el archipiélago (74 sólo en la isla de Gran Canaria, 24 en La Gomera). Se trata de un patrimonio enorme de decenas de presas, millares de estanques, pozos y galerías y una red extensísima de canales, cantoneras, tomaderos...

Las más antiguas son la de Pinto I en Gran Canaria (1910), la de los Cocos en La Gomera (1914) y la de Tabares en Tenerife (1915), tres "piezas maestras del patrimonio hidráulico en explotación en Canarias", destaca. Las últimas que se construyeron datan de los años 1984 (una en Gran Canaria) y 1990 (cuatro en La Gomera). La historia y características de tantas presas es tan variada como elevado su número.

La de Soria (1975), en Gran Canaria, es la única tipo bóveda construida en Canarias y la mayor de todas con 132 metros de altura (ocupa el número 12 en España entre las más altas; el Consejo Insular de Aguas le asigna una altura de 35 m en su listado) y tiene una capacidad de embalse de 32 millones de metros cúbicos que nunca ha podido llenar (su máximo histórico ronda la mitad de esa capacidad).

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