Opinión | Reseteando

Pedro: haz el amor y no la guerra

Pedro Sánchez y Begoña Gómez en un acto electoral.

Pedro Sánchez y Begoña Gómez en un acto electoral. / José Luis Roca

En el nacimiento de la Transición una carta como la Pedro Sánchez hubiese sido motivo para poner en alerta a la Brunete, más alguna reunión de Armada con Juan Carlos I. De memoria, el género de la confesión presidencial tiene su antecedente más trágico en Suárez y su interpelación en voz alta a los poderes que pretendían cepillarse el reformismo tras sacar al PCE de la sentina. Pero ahora, desvirgados en más de un sufragio y desmitificadores a más no poder, a los españoles no le parece tan alucinante o «adolescente» (dice Feijóo) el descargue epistolar del líder socialista, ni tampoco que a Begoña la insulten llamándola Begoño, o que la mitad de la naranja sea incrustada por Manos Sucias, digo Limpias, en un juzgado por presunto tráfico de influencias. En fin, este país tan furiosamente agotado por la clase política no tendría que pasar por el tratamiento de una unidad del sueño, en el caso de que uno cualquiera de sus elegidos se tirase por el puente de la calle Segovia. No se puede decir lo mismo de los que esperan, con insoportable angustia, la fecha y hora en la que el inquilino de Moncloa emita el veredicto sobre su destino. Una de las razones del desasosiego está en que es un golpe para tantos y tantos sueldos por decir y poner en práctica absolutas inutilidades. Y la otra es que chamuscado el último resistente o resiliente, el cuajo de neuronas y músculos capaz de llevar el timón del barco, a quién recurrir para tamaña misión o cirugía bajo el sol independentista. ¿Habrá otro igualito en el macerado de despropósitos de los partidos a la izquierda y a la derecha? Lo que relata en la misiva ya lo sabíamos, que los herederos de aquel búnker conspiran contra la democracia ocultos en la banca, grandes empresas, fundaciones, equipos de fútbol, paraísos fiscales, consultoras... Y que se encuentran en ello desde que a la viuda de Franco la detuvieron en Barajas con riquezas del Patrimonio Nacional. Personalmente, lo único importante que veo en los pliegos es su rendición al amor por su compañera. Haz el amor y no la guerra.

Suscríbete para seguir leyendo