El 10 de abril de 1970, el mundo se despertó con la noticia de que los Beatles habían dejado de existir. Al cabo de un mes llegó a los cines la película ‘Let it be’, que documenta las sesiones de grabación del que acabaría siendo el último elepé publicado por el grupo de Liverpool. Los fans de los Beatles entendieron que aquel filme era poco más que el triste epitafio de la carrera de su banda favorita y lo odiaron por ello. “Ver a una institución como los Beatles en ‘Let it be’ es algo parecido a ver cómo desmantelan el Albert Hall para convertirlo en un bloque de oficinas de la Junta Nacional del Carbón”, decía la crítica que apareció en ‘The Sunday Telegraph’. Ni uno solo de los miembros del grupo asistió a las ‘premières’ de la película que tuvieron lugar en Londres y Liverpool. Tampoco acudieron meses después al Dorothy Chandler Pavillion para aceptar el Oscar a la mejor banda sonora original que habían obtenido por el filme (por alguna razón, la estatuilla la recogió en su nombre Quincy Jones). Repudiada por sus protagonistas, ‘Let it be’ se convirtió en una película maldita con la que nadie quería tener nada que ver. Y siguió siendo así durante medio siglo.

“Desde el principio, el público malinterpretó la película -señala por vía Zoom el director de ‘Let it be’, Michael Lindsay-Hogg, pocos días antes de cumplir 84 años-. No duró mucho en los cines, la BBC la proyectó un par de veces y un tiempo después se hizo una edición en VHS que fue rápidamente retirada del mercado por un problema con los derechos de las canciones. Desde entonces, lo único que se ha podido conseguir han sido ediciones piratas, copias del VHS en las que el sonido era deficiente y la imagen resultaba muy oscura y apagada”. Esta última circunstancia acabó de consolidar la reputación del filme como un artefacto sombrío y desolador. Y sin embargo...

La epifanía de Peter Jackson

La memoria colectiva puede ser engañosa. Cuando en 2018 Apple Corps, la empresa que gestiona el legado de los Beatles, le sugirió a Peter Jackson que revisara todo el material filmado en 1969 por Lindsay-Hogg con vistas a realizar un nuevo documental, el cineasta neozelandés se mostró reticente porque temía encontrarse con horas y horas de tedio y mal rollo. Pero lo que descubrió en aquel metraje fue algo muy diferente. Estrenada en noviembre de 2021 en la plataforma Disney+, la docuserie ‘Get back’ revela que, aun en un momento de cansancio profesional y distanciamiento personal, en el mundo de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr seguía habiendo espacio para la alegría compartida y el afecto más genuino.

La llegada de ‘Get back’ supuso una conmoción en el universo ‘beatle’ y sirvió para cambiar el relato. Se empezó a decir que, en contraste con el retrato lúgubre que ofrecía el filme de Lindsay-Hogg, la serie de Peter Jackson apostaba de forma deliberada por dar una versión más amable y luminosa de la última etapa del grupo, subrayando los momentos de colaboración, camaradería y risas. De poco sirvió que el mismo Jackson dejara caer en varias ocasiones que ‘Let it be’ era una película mucho menos amarga de lo que recordaba la gente y que su reputación de experiencia deprimente era totalmente injusta. La única manera de convencer al mundo era, pues, conseguir que ‘Let it be’ se viera de nuevo.

Utilizando la misma tecnología empleada en ‘Get back’ y con el entusiasta beneplácito de Michael Lindsay-Hogg, Peter Jackson y su equipo han llevado a cabo la restauración del documental original, que a partir del miércoles 8 de mayo estará disponible en la plataforma Disney+. “Durante 50 años he estado he estado luchando por la recuperación de ‘Let it be’ y llegué a pensar que ya nunca iba a ocurrir -explica Lindsay-Hogg-. Eso me entristecía, porque siempre he pensado que la película tiene un gran valor. Creo que capta muy bien ese momento en el que los Beatles, que eran muy jóvenes cuando se hicieron increíblemente famosos, entienden que deben crecer y tomar decisiones respecto a sus vidas que ya no solo tienen que ver con la música. Es algo estimulante y conmovedor a la vez”.

Un proyecto pionero

Una vez revisada ‘Let it be’ en 2024, se hace difícil seguir sosteniendo que el enfoque de Peter Jackson en ‘Get back’ se aleja mucho del de la película original. Lo que sí ha cambiado es la percepción del público. Cuando en enero de 1969 el equipo de Michael Lindsay-Hogg instaló sus cámaras, focos y micrófonos en los estudios de Twickenham para filmar los ensayos de los Beatles de cara a un supuesto concierto que nunca se llegó a producir, no existían precedentes de documentales que tuvieran acceso a la vida interna de los grupos. “Ninguno de los grandes grupos de aquella época había hecho algo parecido -apunta Lindsay-Hogg-. Yo era muy consciente de que nadie había retratado los ensayos de los Beatles antes, y ahí tenía delante de mí a los cuatro, bebiendo té, fumando cigarrillos, componiendo música y tocando juntos. Y supe que, pasara lo que pasara con el proyecto, eso tenía relevancia histórica”.

Pero faltaban aún décadas para que los espectadores estuvieran familiarizados con el concepto de ‘telerrealidad’ y lo último que en aquel momento esperaban los fans de los Beatles era ver a Paul Mccartney y George Harrison discutir (muy civilizadamente, eso sí) ante las cámaras por la manera de ejecutar un solo. “Yo ya había trabajado con ellos varias veces en el pasado [Lindsay-Hogg dirigió los vídeos promocionales de ‘Paperback writer’, ‘Rain’, ‘Hey Jude’ y ‘Revolution’], y quizá por eso actuaron de manera muy abierta y no se mostraron particularmente preocupados por la imagen que pudieran dar. Tenían la confianza de los verdaderos artistas”.

Ahora, 54 años después de su desdichado estreno, ‘Let it be’ vuelve a la vida como un documental pionero que se beneficia del imperecedero carisma de sus protagonistas, de una música estupenda y de las muy notables intuiciones de su director (a diferencia de Jackson, Lindsay-Hogg no tenía ni idea de cómo iba a evolucionar la historia del grupo). La decisión de concluir la película con la actuación en la azotea del edificio Apple, por ejemplo, es uno de esos aciertos que hoy forman parte de la historia de la música popular. “Después de ver durante una hora quiénes son los Beatles, qué los define y cómo se relacionan entre ellos, todo acaba en la azotea, y allí se revela lo unidos que están y la alegría genuina que les produce tocar juntos de nuevo. Estar con ellos en aquella azotea fue un momento glorioso”.