Cuando aprieta el jilorio (10)

La Majada, el bar de altura

El viejo comercio y almacén del zaguán de Artenara se revela como punto de encuentro y parada obligada

Resturante La Majada (Artenara)

José Carlos Guerra

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Dos jóvenes del municipio de Artenara han convertido el inmueble en cueva Bar Díaz, que también fuera antiguo comercio y almacén de la localidad cumbrera, en el nuevo punto de encuentro y parada obligada para naturales y visitantes. Es el nuevo Bar La Majada, de carta y trato igualmente sustanciosos.

Está fuerte el día en la cumbre. Desde que se atisba Artenara, alonga por detrás la isla de Tenerife y entre la calima y la calor, el océano de entremedias se está vaporizando a ojos vista, sin desmerecer el espectáculo de un paisaje en el que cada minuto sabe y se ve distinto. Tras la entrega de curvas urge tomarse un respiro con refrigerio.

Es Artenara, como ya dijera un cronista, un invisible que se aparece de pronto tras el último giro en forma de mirador, y que se abre a la avenida de Matías Vega, cancela de la localidad. A pesar de lo temprano ya existe una terraza bien viva, con personal del pueblo echando sus aguas y cafenes. Bar La Majada, pone en el rótulo que preside las puertas.

Bar La Majada entra a formar parte en el currículum de la que es una de las edificaciones más populares de Artenara, una tienda y almacén abierto en la mitad de los años 30 del siglo pasado por Antonio Chirino, que luego pasó a la propiedad de Isidro Rodríguez, el primer transportista de la localidad, quién también durante décadas surtió de mercancías al pueblo, lo mismo diesel y gasolina que comida para personas y animales, para convertirse luego en el afamado Bar Díaz, de modo que el lugar ha quedado impreso en la secuencia del ADN del buen cumbrero.

Rián adentro, el viejo almacén se mete hasta las trancas en la montaña, y efectivamente hay una primera crujía alicatada con los materiales propios de una vivienda estándar, con su brillante albeo de cal, que da paso a la preciosa toba volcánica excavada, y cuya frontera entre lo que es inframundo y planeta a ras es una contemporánea barra de bar, de un bar actualizado, puesto al día.

Tras años cerrado, Alejandro González, de 32 años, y Saúl Medina, de 26, apostaron por reconvertir el emblemático establecimiento en la sede de una de las escasas iniciativas de la juventud de Artenara que decide quedarse en el pueblo para darle fuelle vital.

La Majada, el bar de altura

La Majada, el bar de altura / Juanjo Jiménez

Alejandro, nacido y criado arriba, «que viene a ser», como se decía antier, de la raza del mismísimo Isidro Rodríguez, es grado en Turismo y, Saúl, en Diseño y Amueblamiento. Hace dos años juntaron ahorros y arramblaron con el proyecto «para autoemplearnos y desarrollarnos aquí toda la vida, eso sí, con algo de miedo, mucha incertidumbre, y sin experiencia pero con ganas e ilusión».

Ganaron las dos últimas, las ganas y la ilusión, y con el empuje del primer cocinero que entró en La Majada, el también joven Eliazar Ortega, «que estuvo durante el primer años y nos ayudó bastante para empezar a rodar».

Con la mecánica ya en marcha entra en juego Miguel Ángel Guerra, que coge el relevo de Ortega y se sitúa al frente de los fogones, con décadas de experiencia el sector, y que les ha ayudado a conocer «muchos detalles del funcionamiento».

Micky Guerra, como es más conocido, tiene 57 años y también hunde su raíz en Artenara vía paterna, donde de pequeño pasaba allí los tres meses de verano, y que a mayor abundamiento es biznieto de Corina Bertrana, propietaria de la primera tienda de comestibles del pueblo.

Estudió restauración en la Escuela de Hostelería de la capital grancanaria, «y sobre la marcha entré en el restaurante de El Corte Inglés». A lo largo de los años desarrolló su geito en hoteles, restaurantes y también en barcos de pasaje que hacen las rutas interinsulares. Hasta que decidió huir de la ciudad, «porque aquí se está en la gloria». Una gloria que resuelve en plato.

El clima de Artenara es de formato continental, y como tal ofrece dos cartas, la de verano y la de invierno, y asegura que son un poco cortas, sobre los 20 a 25 platos pero «que con las sugerencias a veces se plantan en 30 ó 35».

Cinco sobre cinco

En tiempos de calor «nos enfocamos en las ensaladas, en las cremas frías. También fríos, las pastas y los arroces, y de carne, siempre ofrecemos solomillos, y algunas elaboraciones de pescado en salsa».

En invierno son populares sus garbanzadas, los potajes de berros, de verduras, el gofio escaldado, a lo que se añaden sus especialidades, como el mojo cochino, el estofado de ternera, las carrilleras de cerdo en salsa, o los solomillos con fruta de temporada en salsas agridulce.

A fecha de hoy el Bar La Majada ya es como lo fuera el Bar Díaz, «el bar del pueblo», un punto de encuentro equiparable al también bar de la gasolinera, donde se reúne buena parte del censo artenarense, pero con un extra para La Majada, el de los foráneos que recalan allí dejando una nota de 5 sobre 5 en las redes, con opiniones que lo mismo resaltan la agradable sorpresa de toparse en la entrada del pueblo con una cocina de sustancia, como por el exquisito trato que dispensan tanto Ale, Saúl y Micky, así como la «siempre amable y sonriente» Ainara Díaz.

La Majada, el bar de altura

La Majada, el bar de altura / Juanjo Jiménez

De dos huertas

Lo bueno que tiene un bar de tierra adentro es que tiene el potencial de surtirse de sus propias huertas, y que el caso del Bar La Majana tiene el privilegio de disponer dos, en formato ecológico. Una de ellas, precisamente, se ubica en una finca que da nombre al propio bar, y que es propiedad de la familia de Alejandro Rodríguez. De sus verduras sale la tempura con los bastones de zanahoria, calabacín, berenjena, pimiento y espárragos. Pero también da forma al arroz caldoso de conejo, o el pulpo frito al estilo canario, en la imagen, con su millo, ensalada y papas arrugadas. Por no hablar de la crema fría de melón, o el gazpacho de sandía, todo ello en una cocina que, según Micky Guerra, «tampoco va de pitiminí», sino de elaborar las preparaciones con mimo, recurriendo al producto local y ofreciendo sabor como para repetir.

Al Fuego

Dónde: en el zaguán

El Bar La Majada se encuentra en el zaguán de Artenara, en el número 9 de la avenida Matías Vega

Horario: todos los días

Abre todos los días de 10.00 a 16.00 horas. Y viernes y sábados también por la noche, de 20.00 a 23.00 horas

Reservas: fines de semana

Entre semana no es necesario hacer reservas, pero el fin de semana es de lo más recomendable.