Casas al mejor postor: la escasez de oferta dispara las subastas de vivienda

Las entidades bancarias sacan al mercado su stock de propiedades mediante el sistema de pujas ante la alta demanda de compradores en el Archipiélago

Casas al mejor postor: la escasez de oferta dispara las subastas de vivienda

Andrés Cruz/ ACFI TV

Casa al mejor postor. Un rápido sondeo en los principales portales inmobiliarios basta para darse cuenta de que cada vez son más habituales los anuncios en los que las viviendas se adquieren mediante el sistema de subasta. Se trata principalmente de propiedades bancarias en las que los interesados deben pujar para tratar de hacerse con el inmueble, que se asigna al que realiza la oferta más alta. Una fórmula que se encuentran cada vez más quienes buscan convertirse en propietarios en el Archipiélago y se dan de bruces con este sistema que, por un lado, puede ayudarles a ahorrar algo en su nueva adquisición, pero por otro, añade incertidumbre al ya de por sí difícil proceso de comprar una vivienda. 

La razón por la que las subastas de viviendas son cada vez más habituales hay que buscarla en la escasez de la oferta en Canarias. No hay casa para tanta gente en el mercado y quienes buscan una propiedad, la mayor parte de las veces, pasan meses o incluso años sin encontrar una alternativa que se adecue a sus necesidades. Frente a esto y atendiendo a las subidas del precio de la vivienda, las entidades bancarias están sacando al mercado el stock que tenían retenido desde la crisis financiera. 

«Los bancos han visto que hay demanda habitacional y están surfeando la ola», explica Isidro Martín, delegado en Canarias de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (Apei). La fórmula es sencilla, se tasa la vivienda y se estipula un precio de salida. «En base a quien da más la vivienda se asigna a la puja más alta», apunta. Martín expone que la falta de oferta empuja a participar en estos procesos a personas reticentes, que si tuvieran otras opciones no se prestarían a ello. «Pero al haber tan pocas propiedades interesantes y ser además tan caras está promoviendo que se extienda este sistema», señala. 

Martín advierte que hay que diferenciar entre las subastas que se hacen a través de entidades bancarias y las que se realizan por la vía judicial o notarial. «En las bancarias sí tienes información del estado de la vivienda, incluso se pueden visitar», concluye, mientras que en las pujas judiciales o notariales «te puedes encontrar con que el inmueble tiene otro tipo de cargas y no son para alguien que no sea experto o tenga un buen asesoramiento»

.

Normalmente, las propiedades bancarias se encuentran en mejor estado que las que se subastan a través del Portal de Subastas de la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado y ofrecen mayores garantías. Aunque no dejan de ser inmuebles que en la mayoría de los casos han pasado mucho tiempo cerrados y necesitan una reforma. 

Colaboración bancos inmobiliarias

Las entidades bancarias cuentan con la colaboración de las agencias inmobiliarias en este tipo de compraventas. Primero, para que el anuncio de la propiedad llegue a más compradores potenciales, y segundo, para facilitar las visitas al inmueble y que estas puedan asesorar al cliente. Aun así, Martín reconoce que no se trata de un sistema que le entusiasme demasiado. A aquellos ciudadanos que estén en la búsqueda de una vivienda y se topen con alguna subasta bancaria «les recomendaría que si pueden esperar lo hagan». En el caso de que quiera participar en la puja porque tiene una necesidad y la tipología de la propiedad le encaje es muy importante ponerse límites. «En este tipo de procesos es habitual que se acabe por dar más de lo que puedes asumir por esa necesidad de ganar la puja», advierte.

Una subasta

Una subasta / C. E. P.

Debido a los precios atractivos con los que salen las viviendas a subasta, este tipo de propiedades suelen atraer a muchos compradores, con lo que la competencia es muchas veces feroz y ganar una oferta muchas veces es complicado. Aunque se puede llegar a ahorrar hasta un 30% frente a la compra de la vivienda a un particular.

Proceso

Eso sí, se debe tener en cuenta que el proceso de compraventa puede ser más largo. Además de visitar la vivienda hay que registrar la oferta y después esperar a que la entidad bancaria adjudique la casa. Las ofertas se realizan a través de portales web y para formalizarla deberá entregarse un depósito –entre el 5 y el 10% del valor de la puja– que se devolverá en caso de no haber sido el ganador. Si se resulta adjudicatario habrá que realizar los trámites legales y financieros para convertirse en nuevo propietario de la vivienda, con lo que el proceso puede alargarse varios meses. 

La expansión de las subastas en el mercado inmobiliario está yendo además más allá de las propiedades vinculadas a entidades financieras. Martín advierte de la americanización del mercado inmobiliario. Algunos agentes y franquicias llevan a una misma propiedad a cuatro o cinco posibles compradores y les hacen entrar en competición. «Así les obligan a hacer ofertas al alza para conseguir quedarse con la vivienda», sostiene, al estilo del sistema que se utiliza en Estados Unidos para hacerse con los inmuebles. Un procedimiento que advierte es «legal, pero que no me gusta», ya que a diferencia de las subastas bancarias en las que el proceso es transparente y es el banco el que elige la puja más alta, en este modelo puede establecerse una espiral de pujas y contrapujas, con el agente inmobiliario como mediador. 

Suscríbete para seguir leyendo