Habrá un antes y un después en el cine de animación después del estreno de este largometraje que nos lleva a la Angola de los años setenta, en plena guerra civil, valiéndose de metraje de imagen real, montaje de largometraje, imitación de la novela gráfica, thriller, secuencias animadas de acción y visiones delirantes y surrealistas. El resultado es un producto soberbio, casi revolucionario en el plano de la técnica narrativa y del cine animado, que es el género en el que se inserta, que ilustra con una precisión notoria y con ingredientes que conectan a menudo con las emociones y con los sentimientos.

No sorprende, por ello, que haya requerido un periodo de diez años para poder terminarla y la colaboración de más de 600 personas. Y con un factor fundamental, el libro y los textos del periodista Ryszard Kapuscinski, uno de los más prestigiosos corresponsales de guerra de la historia del periodismo, por desgracia fallecido en 2007. La película recibió el premio del público en el Biografilm Festival y en el San Sebastián International Films y formó parte de la sección Oficial, «Fuera de concurso», del Festival de Cannes.

Con importante participación española, de forma especial el guionista y operador Raúl de la Fuente, que también codirige la cinta con el polaco Damian Nenow, se ha conformado un viaje a una Angola en pleno periodo de descomposición, golpeada por una contienda fratricida que enfrenta a los seguidores del MPLA y sus aliados cubanos con el FNLA y las fuerzas de Sudáfrica. A semejante polvorín, en el que la prensa pierde a muchos de sus profesionales, llega un Kapuscinski que se jugará a diario la vida -de ahí el título del libro que escribió sobre este conflicto, que ha sido la fuente de inspiración— y que cambiará por completo su visión de la realidad. La combinación de imagen real de la época y de la que se ha filmado para la cinta, con presencia destacada de la guerrillera Carlota y del comandante Farrusco, así como la voz de off de Kapuscinski, contribuye a clarificar todo un trágico panorama que se prolongó desde 1975 hasta 2002.