Calificación: **½ Dirección: Santiago Segura. Marta

González de Vega y S. Segura, basado en la película de Ariel Winograd y guion de Juan Vera. Fotografía: Angel Iguacel. Música: Roque Baños. Intérpretes: : Santiago Segura, Toni Acosta, Martina D’Antiochia, Calma Segura, Luna Fulgencio, Carlos González Morollón, Sirena Segura, Leo Harlem, Silvia Abril, Loles León. D. Duración: 98 minutos. País: España. Año: 2020.

'Padre no hay más que uno 2' tiene motivos para obtener buenos resultados en taquilla y aunque no resulta tan divertida como la primera entrega de 2019, que fue la película española más rentable del año, nadie pone en duda que animará las carteleras en momentos tan delicados, con una crisis por el rebrote del covid-19 pero con la ventaja de no tener todavía competencia del cine de Hollywood.

Santiago Segura, sin ser especialmente brillante, ha elaborado una comedia familiar destinada, sobre todo, a los pequeños conjugando un humor desigual cuya mayor virtud es que, a pesar de no asegurar siempre la sonrisa, se consume sin demasiados problemas.

Basada en una película argentina de Ariel Winograd de 2017, en concreto en el guión de Juan Vera Mamá se fue de viaje, la labor de Segura ha priorizado el carácter infantil de un argumento que remite a títulos míticos de la etapa de la dictadura, especialmente a 'La gran familia'.

Aunque los tiempos que corren no animan precisamente a fomentar las familias numerosas, Javier y su esposa Marisa, padres ya de cinco hijos, se quedan de piedra cuando a ella le confirman su nuevo embarazo. La situación es delicada pero, como era de esperar, padres e hijos afrontan con determinación el nuevo reto y hasta elaboran una estrategia para salir adelante.

Lo que no pensaban es que todavía recibirían nuevos invitados y no de los que ayudan a superar las dificultades. Al resignado yerno se le cae el mundo encima cuando su más preciada enemiga hace acto de presencia. Y Loles León le da un toque de mini sadismo al personaje que anima un tanto la parte final. La visión no es dura ni de mal gusto y todo queda en algún que otro incidente propio del cómic para adolescentes, maquillada para no ofender a nadie y

con intención de suscitar alguna sonrisa.

No es mucho, pero menos es nada y puede suponer la primera alegría del año de un cine español que se lo merecía.