El primer día de invierno de 2016 se juntaron en Irún Eduardo Madina y Fermín Muguruza con la excusa de entrevista para la revista Jot Down, aunque cualquier pretexto hubiera sido bueno para reunir en la misma mesa a estos dos vascos, con trayectorias supuestamente distantes.

Madina, político socialista que sobrevivió a un atentado de ETA en 2002, y Muguruza, histórico líder de Kortatu y referente musical de Euskadi, compartieron café y conversación, mientras el dibujante Alfonso Zapico retrataba el instante en su cuaderno. Aquellos bocetos fueron la génesis del álbum Los puentes de Moscú, de Zapico, que hoy, a las 18.00 horas, centra el Club de Lectura del Cómic Las Ranas de la Biblioteca Insular, que coordina Luciano Díaz.

Los puentes de Moscú, publicado por Astiberri Ediciones, optó en la versión en castellano por este título que es como se conoce al barrio de Muguruza en Irún. Se trata del relato de varias generaciones de jóvenes vascos cuya propia historia se dibuja en blanco y negro. En el mundo de hoy, donde cada día se levanta un nuevo muro en alguna parte, hacen falta más puentes. Ésta es una historia de puentes, de seres humanos que, aún escasos y frágiles, ansían unir las dos orillas de una sociedad compartida.

Alfonso Zapico, premio Nacional de Cómic en 2012 por Dublinés, autor de cómic y contador de historias, se considera, sobre todo "dibujante de conflictos". "Dibujar los años negros de Euskadi es embarrar los zapatos en un charco. ¿Por qué lo hago? Por curiosidad, por ver la desembocadura. Tal vez el charco sea ya la desembocadura. Al fondo se ve el mar", concluye.