Su vasto currículum interpretativo demuestra la entrega de Fernando Cayo a su profesión. El actor cosecha éxito en cada uno de sus trabajos y tiene bajo su nombre papeles en títulos de importancia como La piel que habito, El orfanato, 14 de Abril. República o La vida es sueño.

En sus interpretaciones, se ha enfrentado a la pequeña y la gran pantalla además de defenderse muy bien sobre las tablas. Su último trabajo en el teatro llega a Madrid con el aval del público qu ella ha disfrutado de la obra De ratones y hombres, basada en la famosa novela de John Steinbeck y dirigida por Miguel del Arco.

Se trata de una tragedia moderna que tiene lugar en los años treinta durante la gran depresión americana. La historia habla de hombres y mujeres que se dejan llevar por la razón y el instinto en una lucha iluminada por el espíritu y el corazón, la dignidad, el coraje y el amor.

Fernando ha terminado recientemente el rodaje de la serie histórica Toledo, cruce de destinos, que desaparece de la televisión después de su primera temporada. Con numerosos proyectos en mente, este actor de 44 años recién cumplidos es también un padre de familia entregado, con intenciones de seguir dedicándose a su pasión, la interpretación.

- Fernando ¿Qué hace especial tu papel en De ratones y hombres?

- Mi personaje es George, un hombre que ha encontrado una verdadera amistad en Lennie y el argumento gira en torno a su relación. Precisamente, la amistad de los dos, llena de compasión y amor, es lo que hace conectar con el público.

- ¿Cómo crees que será recibida esta obra?

- Aunque sea una tragedia, también se percibe un gran sentido del humor y esto es algo que agradecerá el público. Además, desde el primer momento se encuentran paralelismos con la situación actual lo que crea una mayor empatía.

- Este personaje es compasivo y es un buen amigo, pero tu imagen en cambio se asocia a personajes malvados. Ya tocaba cambiar, ¿no?

- No creo que sea algo que caracterice mi trayectoria profesional. Sí es cierto que últimamente se me ha visto, tanto en Punta Escarlata como en Toledo, por ejemplo, haciendo papeles algo más viscerales, pero yo he intentado hacer un poco de todo y lo he conseguido.

- Fuiste el primer actor que encarnó al Rey Juan Carlos en televisión, ¿qué supuso para ti ese papel?

- Fue uno de los retos más importantes de mi carrera y una grandísima responsabilidad.

- ¿Todavía te lo recuerdan?

- Bueno, eso está ya totalmente superado, aunque a veces mi familia siga con la broma de que pronuncie el discurso de Nochebuena, no es un papel que tenga muy presente. Es uno más de entre todos los que he hecho.

- ¿Eres más anarquista o más monárquico?

- Estoy más cerca del anarquismo que de la monarquía pero soy Juancarlista, eso he de confesarlo. Nuestro rey es todo un revolucionario.

- ¿Qué te llevas de cada uno de los personajes que has encarnado?

- Sobre todo los retos que me han presentado a la hora de prepararlos pero yo cuando acabo el personaje es como si lo borrase del disco duro y me centro en el siguiente. La cabeza no me da para todos.

- Solamente hemos visto una temporada de Toledo, ¿crees que se retomará la historia más adelante?

- Toledo no tiene por qué seguir. Hay series que empiezan y tienen que acabar con más capítulos o menos. Con Punta Escarlata pasó igual, la historia solamente dio para una temporada y funcionó muy bien y ya está. No siempre hay que alargar los argumentos.

- ¿Cómo has compaginado tu trabajo?

- Las últimas semanas del rodaje de Toledo han sido difíciles porque estaba de lleno en la obra de teatro también. Pero bueno, forma parte de mi trabajo y como me gusta, lo llevo bien.

- ¿Te organizas para conseguir tiempo libre?

- Sí, por supuesto, siempre que todos mis proyectos me lo permiten. En realidad tengo muy poco descanso y no siempre depende de mí pero el poco tiempo libre que tengo lo paso con mi familia.

- ¿Qué te gusta hacer para desconectar?

- Me gusta mucho leer y siempre que puedo salgo con mi hija a pasear al campo, que le encanta y a mí también