¿Se acuerdan de aquella serie maliciosa, cruel, sádica y despiadada, llamada "La hora de Alfred Hitchcock"? Eran episodios muy cortos, siempre negros y criminales, en los que el orondo director inglés solía asomar para poner un punto más de humor sardónico a unas microhistorias cargadas de ingenio y mala leche.

Nunca olvidaré el episodio protagonizado por una mujer que mataba a su(s) marido(s) con una pierna de cordero congelada y que, sobre la marcha, ponía a asar en el horno. Cuando llegaban los agentes de policía, buscaban denodadamente el arma del crimen, pero no conseguían encontrarla. Y la esposa, falsamente afligida y riendo por lo bajini, terminaba por invitarlos a cenar ya que sería una pena tirar aquella exquisita carne asada, humeante y apetitosa.

Ha querido la casualidad que dos de las nuevas series de la parrilla televisiva de este 2012 hayan homenajeado al Maestro del Suspense. La primera ha sido "Person Of Interest", otra de las desiguales series que vienen bajo el paraguas de JJ Abrams (ya hablamos de "Alcatraz" hace unos días) y que alterna episodios interesantes y atractivos con otros que resultan cansinos y repetitivos.

La serie cuenta la historia de dos socios que han montado un sistema de vigilancia para evitar asesinatos y crímenes violentos. Uno, un manitas de los ordenadores, las cámaras de vigilancia y las comunicaciones; trabaja desde casa. El otro, un exmilitar de un cuerpo de élite del ejército norteamericano, hace el trabajo de campo. Quiere la casualidad que este último esté herido y postrado en una silla de ruedas y que, por tanto, tenga que hacer labores de vigilancia a la vieja usanza, mirando a los vecinos por la ventana de un apartamento alquilado y armado con solo una cámara de fotos.

El otro homenaje es, si cabe, más singular. Lo encontramos en uno de los primeros episodios de una de las grandes apuestas de la televisión para esta temporada: "Terra Nova". Los protagonistas de esta serie viven en futuro muy negro para la humanidad, pero han sido capaces de encontrar una brecha en el Espacio-Tiempo y pueden viajar hacia atrás. Lo hacen, concretamente, a la época en que los dinosaurios dominaban el mundo.

La colonia que montan los hombres del futuro en el mundo del pasado se llama Terra Nova y está dotada de todas las medidas de seguridad habidas y por haber para protegerse de los saurios amenazantes de ahí fuera.

Una noche, cuando la pareja protagonista intenta intimar, un ave prehistórica les interrumpe con su desagradable graznido y, cuando intentan espantarla, son súbitamente atacados por el pajarraco.

A partir de ahí, numerosas escenas (incluida la famosa del columpio en el patio del colegio) son un claro homenaje a aquel Hitchcock que, con esta película, consiguió uno de los picos más altos de su carrera cinematográfica. Una película surrealista, enigmática, impresionante y maravillosa.

¡Me gusta que los nuevos talentos de la televisión homenajeen a los maestros! Lo que habría que preguntarse es cuántos de los espectadores más jóvenes que ven las series sabrían identificar estos detalles y las películas de las que hablamos. O, tan siquiera, si saben quién fue aquel gordito siniestro, fetichista y manipulador.

Pero ésa sería otra historia…