Un destino para repetir. Un viaje relámpago puede ser tan fructífero y atractivo como unas largas vacaciones, basta con programarlo bien y elegir el destino adecuado. Cada una de las siete islas del Archipiélago canario encierra todo un mundo por descubrir en cada rincón de su geografía, pasando del verde de las occidentales al paisaje más desértico de las orientales.

Canarias cuenta con una amplia oferta que la convierte en uno de los destinos turísticos más atractivos de todo el mundo. El sol y las playas permiten gozar de unas suaves temperaturas durante los doce meses del año y además cuenta con la gran ventaja de ser el destino subtropical más cercano de los españoles, con una distancia media desde la Península de apenas dos horas y media en avión. Desde estas líneas, proponemos algunas rutas y propuestas para disfrutar este verano en cada una de las siete islas.

Gran Canaria: Un continente en miniatura

A tan sólo 10 kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria se encuentra Telde, localidad donde se inicia esta ruta. En la ciudad, que fue junto a Gáldar cabeza de uno de los reinos aborígenes en que se dividió la isla, se sitúa el barrio de San Francisco, donde se levantan casonas de estilo canario con balcones de madera de tea. Merece la pena detenerse en Valsequillo para pasear por el barrio de Tenteniguada, que se extiende a la sombra del Roque del Saucillo. En Ingenio hay que visitar el Museo de Piedra, y en Agüimes, el Palacio Episcopal.

Entre estas dos últimas localidades se abre el barranco de Guayadeque, con asaderos y restaurantes cueva, y más allá el yacimiento arqueológico del conjunto troglodita de Cuatro Puertas. Ya en el sur de Gran Canaria, una tierra tan mágica como bella, la diversidad de su paisaje, su benigno clima y su riqueza natural lo han hecho único en el mundo y el lugar escogido cada año por miles de personas.

Barranco de Guayadeque

No es un misterio que tanta gente, entre foráneos y lugareños, elijan el sur grancanario para pasar sus vacaciones. Allí se puede hacer casi de todo, es sólo cuestión de elegir porque el ocio a medida es posible en la zona sur de la Isla. Comenzando, por ejemplo, por su amplia oferta de parques temáticos y acuáticos, que conforman un paraíso para los aficionados a la aventura en compañía de toda la familia.

El entretenimiento y las actividades para todas las edades están garantizados. Los más pequeños de la familia podrán disfrutar de un divertido parque de atracciones o refrescarse en los trepidantes toboganes de un parque acuático. También podrán conocer cómo era la vida cotidiana de los antiguos pobladores de las Islas Canarias, o adentrarse en un jardín botánico de flora subtropical, disfrutando de una de las colecciones de aves más exóticas del mundo o simplemente mezclarse con las mariposas.

Lanzarote: Tierra de Fuego

El Premio Nobel de Literatura José Saramago vivió en Canarias desde 1993 hasta su muerte. Sus Cuadernos de Lanzarote pueden ser una excelente lectura para preparar el viaje a un lugar donde el volcanismo se muestra en toda su espectacularidad. Declarada en su totalidad Reserva de la Biosfera, Lanzarote posee mil atractivos como destino sugerente. Pero la propuesta de hoy pasa inevitablemente por hacer una escapada al Parque Nacional de Timanfaya, una superficie de unos 50 kilómetros cuadrados, en las Montañas del Fuego, el centro de las erupciones que tanto transformaron la isla. Producidas en 1730 y 1736 incesantemente, las erupciones formaron unos 100 volcanes.

Parque Natural de Timanfaya

Se accede al parque por dos zonas: la primera se sitúa a dos kilómetros de Yaiza, y se inicia con un paseo de veinte minutos en camello. La segunda es más al norte, hay que desviarse de la carretera Yaiza-Mancha Blanca. El Centro de Visitantes, abierto de nueve a cinco, ofrece una exposición muy informativa sobre la formación de las islas, los parques nacionales, o el vulcanismo, y se muestra cada hora una multivisión sobre el Parque Nacional. Dentro del Parque hay un restaurante llamado El Diablo, donde el asador es una gran parrilla de hierro fundido colocada encima de un agujero cavado en la tierra. La temperatura es lo suficientemente caliente y constante para asar la carne que se sirve en el restaurante Montaña de Fuego.

Fuerteventura: La ruta de los molinos

Fuerteventura, con 340 kilómetros de costa y 152 playas, es una isla exótica que llama al descanso, a tenderse en su arena blanca bajo el sol y comer carne de cabra, queso y pescado fresco. En un solo día se puede recorrer la Ruta de los Molinos y hacer una visita a estos elementos que durante décadas prestaron un servicio inestimable al campesino majorero en el trabajo de manufactura del grano. El Molino de Lajares ocupa una posición estratégica y compone, junto con la ermita y un molino situado en el otro lado de la carretera, un conjunto arquitectónico singular. Pero es en Villaverde donde se encuentra el conjunto de molinos más interesante de la isla, si bien en Corralejo, El Cotillo, Tefía, Llanos de la Concepción, Antigua, Tuineje y Tiscamanita también se localizan interesantes muestras.

Molino de Lajares en La Oliva

En Tiscamanita se localiza el Centro de Interpretación de los Molinos, que ocupa una vivienda tradicional, y que reúne elementos como un molino de manos, piezas de la tahona y un rudimentario mortero.

Tenerife: Norte, centro y sur

En la isla picuda, la ruta más usual pasa casi siempre por el Teide, por el sur desde Vilaflor, en dirección al norte, desde la autopista para tomar la carretera de La Esperanza o bien por La Orotava.

Siguiendo la carretera hasta la cima, en una de las curvas aparece majestuoso el Teide, casi siempre con nieve en el pico y un cielo despejado propio de estampa. Una vez allí, el ritual es el siguiente: algún bar de El Portillo para tomar algo caliente, visita al Centro de Visitantes, subida al pico en el teleférico del Teide y paseo con foto en los Roques de García.

El Teide

Para disfrutar de su vertiente norte, tierra de brumas y de vinos, qué mejor que recorrer la ruta de los Guachinches. En las pronunciadas pendientes de Santa Úrsula, la Matanza o La Victoria se encuentra el epicentro de un tipo de establecimiento que nacieron orientados a la venta a granel y sólo abrían desde finales de noviembre, coincidiendo con la fiesta de San Andrés, cuando el vino estaba listo para la venta, hasta que se acababan las existencias. Muchos de ellos se han convertido en pequeños restaurantes donde se preparan los platos tradicionales: una buena carne de cabra, unas garbanzas, unos tollos, un escaldón de gofio, el conejo frito o la carne fiesta. La cocina canaria de siempre, la de las casas, que es la que siempre ha tenido éxito.

La Palma: Un paseo por la historia

En Santa Cruz de La Palma hay mucho que visitar, para esta ocasión podemos empezar por el Ayuntamiento, el edificio civil más importante de la isla, data de 1559 y el propio rey Felipe II, que figura en un relieve en su fachada, le concede importantes beneficios económicos para su terminación;la iglesia de El Salvador y la plaza de España, construida en 1588.

Casco histórico de Santa Cruz de la Palma

El conjunto de iglesia-fuente-ayuntamiento es único en su género en Canarias;la Casa Salazar, de la primera mitad del siglo XVII; la calle Real, arteria principal de la ciudad, en cuyo recorrido se abren numerosos comercios, bares, oficinas y edificios nobles de todos los estilos arquitectónicos;también hay que visitar los Balcones de la avenida marítima, el Castillo de Santa Catalina, la Cosmológica, las iglesias de la Encarnación, de San Francisco y de Santo Domingo y el Convento de la Inmaculada Concepción.

El Hierro: Pueblos con encanto

Sabinosa es el núcleo de población más occidental de la isla de El Hierro y nuestra propuesta para hacerle una visita. Pertenece al municipio de Frontera y dista 10 kilómetros del pueblo más cercano. Está enclavado en una ladera orientada al mar y estructurado por los barrancos de La Montaña, El Jable y La Gotera. Sus calles son estrechas y pendientes debido a la dura orografía del terreno. Su cercanía al mar lo ha convertido en un pueblo de pescadores, aunque su actividad principal es la ganadería, que pasta en La Dehesa comunal, y la agricultura, siendo de gran aprecio el vino de Las Vetas. Se conserva un fantástico camino real que comunica Sabinosa con La Dehesa, hasta el Santuario de Nuestra Señora de los Reyes, por el que acostumbran a ir los peregrinos en la tradicional fiesta de los faroles, el 24 de septiembre.

Mirador de la Peña, Valverde

El extremo Nordeste de El Golfo, también en Frontera, es la zona conocida como Las Puntas, y la antigua edificación existente en el pequeño embarcadero de Punta Grande, que data del año 1884, ha sido rehabilitada como Hotel de dos estrellas, citado en el "Libro Guiness de Los Records" como el más pequeño del mundo.

La Gomera: Entre huertas y palmeras

En La Gomera, Valle Gran Rey es el destino propuesto para hacer una escapada inolvidable. La población se reparte en las márgenes del barranco entre pequeños bancales y palmeras, que forman un paisaje de una gran calidad visual.

Valle Gran Rey

Su relieve escarpado ha condicionado las comunicaciones hasta fechas relativamente recientes, cuando sólo existían empinados y serpenteantes caminos, que en la actualidad son un auténtico patrimonio para los senderistas. Sus condiciones climáticas y sus playas -la Playa, playa del Inglés y de Argaga- han contribuido a desarrollar un especial turismo residencial y de visita, y el nacimiento de una oferta de alojamientos en las viviendas desocupadas por el éxodo rural. El municipio de Valle Gran Rey tiene abundantes vestigios de su pasado prehispánico en diferentes lugares. De la época histórica conviene destacar algunos caseríos como los de Arure, la ermita de San Nicolás de Tolentino, reformada recientemente, aunque su estructura original data de 1515, y la ermita de la Adoración de Los Reyes, edificada también en 1515, pero modificada a principios de siglo, por lo que sólo conserva de su origen la tosca pila de agua bendita y un pequeño retablo.