Downtown House es una casa emblemática de los años 20, convertida en hostel por iniciativa de Carolina Hernández Peña. Tras vivir en Alemania y conocer varias ciudades de Europa, esta emprendedora decidió ofrecer a los visitantes de Las Palmas de Gran Canaria lo que ella misma busca cuando viaja: un "turismo alternativo y más económico". Ubicado en la calle Domingo J. Navarro, a este pequeño hotel de ocho habitaciones llegan, sobre todo, "mochileros que quieren recorrerse la Isla y conocer aquellos lugares a los que va el canario de verdad. Son personas que gastan poco en alojamiento, pero se dejan mucho dinero en hacer cosas fuera".

Entre los servicios que ofrecen en Downtown House está el desayuno, así como la posibilidad de usar la cocina comunitaria a su antojo. "Tienen una nevera para que puedan guardar los alimentos que quieran", explica Hernández Peña quien alquiló el edificio para llevar a cabo su proyecto. "Vienen, sobre todo extranjeros que están acostumbrados a este tipo de hospedaje", revela. "Pero al español le cuesta más, de hecho tan solo tenemos una habitación con baño incluido y quienes más la solicitan son los españoles, hasta que se dan cuenta que los baños compartidos están también muy limpios".

A La Casa de Vegueta, propiedad de Ana Lola Betancor, llegan personas "movidas por inquietudes culturales, musicales o históricas". Por eso, esta edificación que data de 1913 es también un lugar idóneo donde alojarse. Catalogada por su fachada ecléctica académica y por las baldosas hidráulicas que la decoran, gran parte de su encanto reside en su mobiliario. "Mi idea era crear un espacio cómodo, confortable y con carácter y esto, también lo he conseguido gracias a los muebles que heredó Miguel Arencibia de su abuelo Miguel Martín Fernández de la Torre". Motivada, al igual que Carolina, por dar a los visitantes la posibilidad de quedarse en un hostal tal y como ella lo busca cuando sale fuera, Betancor ofrece en su propia casa un magnífico desayuno y "té por la tarde en el patio". Para ella, La Casa de Vegueta donde solo hay tres habitaciones, es perfecta para dar un trato casi personalizado a los clientes. "Hay una mayor intimidad y, por ejemplo, los usuarios pueden compartir y crear lazos porque desayunan todos juntos, sean de donde sean, en una mesa de comedor redonda".