Una pizca de curry, un puñado de almendras para amasar con harina de sémola y un toque de pimienta. Listo para hornear a fuego lento y espolvorear cardamomo maduro a su término. Ésta es la receta del plato indio Soojika Haiwa, típico en bodas y cumpleaños en la zona oeste del gigante asiático. Un manjar que se suma a otras siete comidas interculturales, que se elaboraron ayer en casas de vecinos voluntarios del municipio de Ingenio con motivo del Festival Internacional de Folclore que celebra la comarca hasta el próximo sábado día tres de agosto.

Con pies descalzos y trajes de tela sindi, de colores incandescestes, las dos componentes del grupo folclórico indio Rangpuhar, Muskam (14) y Shuna (20), prepararon una exquisitez bastante condimentada en la cocina de María Jesús Rivero, vecina voluntaria que ofreció su casa para esta actividad culinaria. "Desde pequeña mi madre me enseñó a cocinar, lo que hoy es un poco caótico porque es la primera vez que utilizo una vitrocerámica para saltear las verduras y no sé si el sabor final quedará igual", explicó Shuna en un inglés con pronunciado acento indú. Ahora bien, en esta cocina no solo se guisan productos extranjeros, ya que la anfitriona de la casa se encargó de comprar el día anterior limones, cebollas y tomates del país para complementar la receta. "Quería que las visitantes saborearan nuestros ingredientes y para ello les he preparado un bizcocho de plátano de bienvenida", explicó María Jesús, asidua a esta actividad desde hace cuatro años que aseguró que nunca ha viajo fuera de la Isla. "Con este tipo de jornadas imagino un mundo exterior lleno de sensaciones y tener contacto físico con gente que vive tan lejos me parece un sueño", apostilló.

Fusión

A pocos metros de distancia y sin saber ubicar en el mapa

exactamente el país de Armenia, la vecina Dolores Sánchez abrió las puertas de su hogar de par en par a las dos componentes del grupo folclórico armenio Geghard. El plato elegido por las foráneas Svetlana (32) y Anna (23) para la ocasión fue membrillo relleno de nueces, pasas y canela. Un postre tradicional del Este de Europa en el que el aliño final lo constituye la miel de caña. "Estamos sorprendidas de lo amable que es la gente aquí, que sin conocernos de nada, nos han ofrecido sus casas", destacó Anna, bailarina de profesión en Armenia. Entre gestos y sonrisas de asentimiento, Dolores sacó de la nevera una bandeja de tunos frescos para que sus invitadas probaran el fruto autóctono. "Pusieron caras raras al principio de comérselos, pero luego me pidieron más y no pararon de sacar fotos", señaló Dolores entre risas.

Con un ojo en el fogón y otro en el telar de calado estaba ayer la vecina Adela Hernández, que participó por primera vez en esta actividad. Adela corrió con más suerte que sus compañeras, ya que le tocó el grupo brasileño Los Gauchos y su portavoz, Alejandro (34) habla portuñol, una mezcla entre portugués y español. "Yo hablo y cuando no nos entendemos le hago señas con las manos", bromea Adela, mientras remueve la reducción de zumo de uvas que está cocinando su invitado. A su lado Alejandro ojea el recetario de su abuela, que ha traído desde su ciudad natal guardado en una maleta junto a los ingredientes que necesita para elaborar este poste de nombre Sagú.

"La base del plato es la sémola de mandioca, un producto difícil de encontrar aquí, por lo que decidí traérmela desde Brasil", matizó.

Al final del día, vecinos y extranjeros degustaron los platos, que conformaron un auténtico festival de sabor cultural.