Ayoze García

Cámara, claqueta, pertiga de sonido. Planos de recurso, y planos subjetivos. Un 'script', un director, actores, una productora. Una versión de una canción de Alan Parsons Project grabada especialmente para los títulos de crédito. Y un 'timelapse' para el plano final.

Este es un rodaje tan complejo como cualquier otro que se esté desarrollando durante los presentes días en la sección del Festivalito La Palma Rueda, con la diferencia de que los artistas son 13 niños de entre 10 y 16 años de la escuela Cámara y Acción, ubicada en la capital grancanaria y que desde hace más de tres años forma a pequeños cineastas.

"Hemos llegado al punto álgido de nuestra película", proclama Rosa Escrig, la directora de la escuela. Después de mucho trabajo, los alumnos de Cámara y Acción alcanzaban este miércoles por la tarde el final del rodaje de un corto que no es el primero que han realizado durante su estancia en la Isla Bonita. Otros tres surgieron en el marco de un taller de uso responsable de las nuevas tecnologías organizado por el Gobierno de Canarias, pero esta vez puede decirse que han ido a por todas, planteando un rodaje en diferentes localizaciones en la capital, desde un centro de salud hasta una casa antigua, y con unas exigencias de producción que a más de uno le echarían atrás. Por no olvidar la famosa ambulancia: ya contaba en la anterior crónica que habían ido a pedir permiso, y al final se salieron con la suya.

Intentando adaptarse al lema lanzado por la organización de La Palma rueda, 'Ave fénix', los chicos empezaron a escribir el guion durante la excursión del domingo a Fuencaliente, y empezaron con el rodaje el martes por la mañana. Para el día siguiente por la tarde, les quedaban unos pocos planos que liquidaron en una calle cercana al hotel y en el exterior del Castillo de Santa Catalina. Rosa Escrig cuenta que cada alumno se especializa en una función dentro del equipo según sus intereses, y que ella interviene en los rodajes "cada vez menos" a medida que van aprendiendo.

Ciertamente, los chavales parecen apañarse bastante bien. De repente, una actriz acaba aplastada contra el suelo y sus compañeras la miran asombradas desde lo alto del puente del castillo, pero es todo una comedia y tras completar sus tomas gesticulando y con una pierna torcida para cada lado, la falsa accidentada se suma sonriente a la foto de familia para celebrar que el corto ya está terminado. ¡Ave fénix!