Si les preguntan quién es Jamie Bell, seguramente no sabrán decir… ¿verdad? Pero cuando les dicen que es el niño (de 25 años ahora) de 'Billy Elliot' ¿a que le ponen cara, cuerpo, brazos y piernas?

Desde entonces ha protagonizado más de una docena de películas, algunas muy exitosas en producciones americanas y europeas ('Jumper', 'La legión del águila', 'King Kong', en breve 'Jane Eyre'…) y esta que se estrena ahora: 'Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio'.

Le hemos visto crecer en la gran pantalla, y casi siempre bajo el velo inconfundible de aquella película que nos dejó hipnotizados. Pues bien, a partir de ahora, Jamie Bell, también es 'Tintín'.

Pregunta: Tintín tiene muchas escenas de acción. Me gustaría saber cómo te has preparado

Jamie Bell: ¿Te refieres a si he hecho mucho ejercicio?

-Sí.

-No, mira a Tintín. No es Batman, no es Bruce Wayne. No necesitaba preparación física para esto.

Pregunta: pero casi vuelas en algunas de las escenas.

Jamie Bell: Sííí, Tintín es un tío muy capaz, muy ágil, pero en términos de tecnología no nos teníamos que interpretar y hacíamos cosas que las leyes de la física realmente no nos permiten. Y en ocasiones nos convertíamos en personajes de animación. Pero tratamos de hacerlo lo más práctico posible y ponerle mucho énfasis a los personajes, mucho corazón. Y al final me lesioné, y es algo de lo que tengo que hablar porque me hice daño en una vértebra. Y me hace gracia, porque hay gente que viene y dice ¿así que tú haces la voz de Tintín? Y les contesto sí, y casi me mato haciendo la voz de Tintín.

Pregunta: ¿Cómo ha sido tu experiencia de rodar en una producción con esta técnica ¿lleva más trabajo de interpretación, más tiempo?

Jamie Bell: No, menos tiempo. Rodamos la película en ocho semanas. Y esta película en la vida real nos hubiera llevado ocho meses, por las piezas, los cambios de localizaciones. Nos hubiésemos vuelto locos, pero lo cierto es que rodamos en ocho semanas en una sola habitación. Y eso es lo bueno de la técnica del "motion-capture". Esa flexibilidad te da la oportunidad como actor y sobre todo como director, de reconocer y de imaginar de forma infinita. Creo que no somos conscientes de lo que la tecnología puede llegar a darnos. A mí me encanta. Es imaginativa, creativa y tiene mucho que ver con la actuación. Realmente controlas todos los factores.

Pregunta: Con dos monstruos encima de la producción y la dirección como Steven Spielberg y Peter Jackson ¿se vive algo de estrés?

Jamie Bell: Sí, es muy intimidante. Sí, estaba aterrorizado. Hablé sobre este tema con Daniel Craig porque él trabajó con Steven Spielberg en Munich, y le dije: "Daniel, no me puedo controlar cuando él está cerca, es que no sé qué decir, qué hacer, me quiero morir… y Daniel dijo: sí, es el efecto Spielberg". Creo que esa es su verdadera condición. Es algo que le pasa a la gente que está a su alrededor porque él tiene esa capacidad de vivir el doble de los demás. Cada minuto que nosotros vivimos, él vive dos, excede a la vida. Es un ser humano extraordinario. Es capaz de cambiar la vida de cualquiera porque impacta.

No es precisamente una cosa nimia. Y es algo por lo que se le respeta.

Pero luego es un hombre muy normal, que usa palabras normales. Un buen hombre de familia. Pero sí, al principio es un poco, woow, woow…

Pregunta: ¿Qué tal la relación con Simon Pegg y Nick Frost, Daniel Craig y Andy Serkis?

Jamie Bell: bueno, es como hacer una película con los hermanos Thompson (Hernández y Fernández) he trabajo con Peter y acababa de trabajar con Daniel. Y he trabajado con Andy tres veces. Y todo eso me ha hecho sentir muy a gusto. Es más relajante trabajar con gente con la que lo has hecho antes. Y así, individualmente, todos son grandes actores. Andy Serkis es posiblemente el mejor actor multifaceta con el que he trabajado y uno de los actores con mayor talento. Y Daniel Craig es mucho más de lo que conocemos: sexy, Bond… su personaje es fantástico. Y Simon y Nick, son divertidísimos. Son la combinación perfecta. Tienen mucho sentido del humor y además han trabajado muy duro para que los gemelos tuvieran vida. Son unos tíos genuinos.

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