La actriz estadounidense Robin Wright lamentó hoy en Doha "la falta de papeles en la industria cinematográfica de Hollywood" para actrices maduras que, como ella, se nieguen a hacerse tratamientos de bótox para parecer más jóvenes.

La protagonista de películas como "La princesa prometida" (1987) La princesa prometida" o "Forrest Gump" (1994), de 45 años, dijo que en Estados Unidos "la oferta es limitada" para las intérpretes que "no sigan esa ruta" y confesó que le gustaría trabajar más en Europa.

"A lo largo de tu carrera, lo que buscas como actriz no cambia, lo que cambia es lo que está a tu alcance, según tu edad, y, sobre todo, si no te has inyectado bótox", declaró a la prensa durante el Festival de Cine Tribeca de Doha, donde este año ejerce de jurado en la competición de películas árabes.

"Espero equivocarme, pero creo que casi estamos programando a las audiencias para caras estiradas y lo preocupante es que se están acostumbrando", apostilló.

La exesposa del actor Sean Penn, de quien se divorció el año pasado tras dos décadas en pareja, ha vuelto a la primera línea cinematográfica con dos grandes producciones, "Rampart", de Oren Moverman, y "The girl with the dragon tattoo", dirigida por David Fincher y basada en uno de los libros de Stieg Larsson.

Wright interpreta a la periodista Erika Berger en la versión estadounidense de la primera novela de la trilogía Millennium del escritor sueco, protagonizada también por Daniel Craig, como Mikael Blomkvist, y Rooney Mara, en el papel de la heroína Lisbeth Salander.

"Creo que Larsson se había tomado muchos cafés cuando escribió este libro", bromeó Wright, en alusión a la trepidante trama de la historia.

Según la actriz, Fincher ha sido "fiel a la novela" en su adaptación y en la película, cuyo estreno está previsto para diciembre, demuestra "su capacidad para mostrar con intensidad los detalles que merecen la pena, mientras deja otros a la imaginación".

De su colega Craig -el último James Bond- dijo que "es fantástico, divertido y profesional".

Wright, que ha sido jurado del Festival de Cannes (Francia), es este año miembro del panel de jueces del Festival de Cine Tribeca de Doha -hermanado con el Tribeca de Nueva York que patrocina el actor Robert de Niro-, presidido por el director sirio Mohammed Malas.

La actriz señaló que le gusta ejercer de jurado porque "te permite estar abierto a otras perspectivas" y, comparando puntos de vista, uno descubre que pese a "lo diferentes que somos" se puede "conectar".