¿Por qué algunas películas dirigidas a los más pequeños son, a veces, las más terroríficas? Existen multitud de largometrajes dirigidas a los niños y aptas para todos los publicos, que más de una vez han hecho que hayamos tenido que apagar la televisión o salir del cine.

A continuación, repasamos las más sonadas:

Jumanji (1995)

Protagonizada por Robin Williams, Jumanji nos contaba la historia de Alan Parris, un chico que comienza a jugar a un juego de mesa en el que cada tirada es decisiva, pues dependiendo de la casilla, tiene lugar un fenómeno u otro.

A pesar de estar calificado como cine familiar, la película consiguió sacar de los cines a más de un padre con sus hijos, que convencidos de que iban a ver una película fantástica, se encontraron con una cinta en la que los niños se transforman en monos, el juego de mesa absorbe a los jugadores o unas arañas gigantes invaden la casa.

¿Quién engaño a Roger Rabbit? (1988)

A pesar de estar planteada como una comedia infantil, la película tenía algunas escenas que ponían los pelos de punta a cualquiera. El carismático actor Christopher Lloyd daba vida al siniestro Juez Doom, el creador del baño o lo que es lo mismo, un ácido que derretía a todos los dibujos animados que lo tocaran. Merece una mención especial el pequeño y adorable zapato con el que el personaje de Lloyd prueba la eficacia de este baño mortal.

Pero no todo era tétrico y siniestro en ¿Quién engañó a Roger Rabbit? La sensual Jessica Rabbit ponía la nota picante a esta película que dirigió Robert Zemeckis y se alzo con tres premios Oscar en el año 1988. Ahora solo queda preguntarnos ¿era realmente ¿Quién engañó a Roger Rabbit? una película para niños?

La tostadora valiente (1987)

Esta película seguía los pasos de una serie de utensilios abandonados que iniciaban un viaje para encontrar a su dueño en la gran ciudad. Una tostadora, un aspirador, una manta eléctrica, una lámpara y una Radio, completaban este elenco de objetivos que pasarían grandes penurias hasta llegar a la ciudad donde su dueño se había mudado.

A pesar de tener canciones y una estética infantil, la película tenía escenas que a mas de uno le ponían los pelos de punta. Merece, en este sentido, una mención especial, la escena en la que tostadora sueña con un siniestro payaso vestido de bombero que la arroja, estando enchufada, a una bañera llena de agua.

Pero por si no fuera suficiente, los objetos también debían hacer frente a un mecánico que arrancaba las baterías de los objetos, quitándoles así la vida. Reiteramos, no apta para niños sensibles.

Tod y Toby (1981)

Sin duda Walt Disney fue el genio de las películas infantiles, pero el cineasta también podría ser recordado por causar más de un trauma entre los más pequeños. ¿Quién ha podido olvidar la muerte de la madre de Bambi? Es, seguramente, la mayor crueldad del cineasta, pero no es ni mucho menos la única.

Si no, que se lo digan a esos miles de niños que vieron cómo la amistad entre Tod y Toby estuvo a punto de terminar porque... ¡uno debía comerse al otro! Y es que, por mucha ley de la naturaleza que exista, la historia del perro que tiene que comerse a su amigo el zorro tan solo por cuestiones de supervivencia resulta realmente cruel.

Finalmente parece que Disney tuvo algo de compasión y la historia terminó siendo una absoluta declaración de amistad, pero a nosotros todavía no se nos ha olvidado la escena de Toby a punto de comerse a Tod.

Los mundos de Coraline (2009)

Esta cinta es la clara prueba de que una película de animación no tiene por que ser necesariamente para niños.

Fue el director Henry Selick quien llevó a la gran pantalla la novela homónima escrita por Neil Gaiman. Esta cinta nos contaba la historia de Coraline, una niña que un día encuentra un agujero en el salón de su casa que le lleva a una versión mejorada de su vida actual, en la que sus padres tienen tiempo de jugar con ella y la prestan atención.

Todo parece ser perfecto, pero Coraline no tardará en darse cuenta de que corre un grave peligro en esta nueva realidad, en la que, por alguna extraña razón, todos los habitantes tienen botones en lugar de ojos.