Entrevista | Fotis Katsikaris Entrenador del Bàsquet Girona y ex del Granca en la temporada

Fotis Katsikaris: «No tuve tiempo para poder trabajar bien en el Granca»

Fotis Katsikaris dirige al Bàsquet Girona y va a reencontrarse con el Gran Canaria mañana en el Arena (20.30 horas) cuatro años después de su única temporada como técnico claretiano, en la que cree que no tuvo tiempo para hacer el proyecto que tenía en mente y con una cantera de la que guarda un excelente recuerdo por su calidad

Fotis Katsikaris en la línea de banquillo del Bàsquet Girona durante la actual temporada. | | ACB

Fotis Katsikaris en la línea de banquillo del Bàsquet Girona durante la actual temporada. | | ACB / David Rodríguez

David Rodríguez

David Rodríguez

Llega a Gran Canaria con un balance 5-8 [12-20 en el general] desde que debutó contra el Granada en la jornada 20. Ya tiene confirmada la salvación del equipo que fue para lo que se le contrató. ¿Qué análisis hace de estos tres meses tras volver a los banquillos después de dos años sin entrenar?

Tenía el conocimiento desde fuera de lo que iba a encontrarme. Un club que lleva dos años en la ACB, con jugadores que no tienen tanta experiencia en la liga y en una situación complicada. Hablé con Marc Gasol y me gustó mucho la charla sobre cómo ve el proyecto de club que tiene y un análisis profundo de cada jugador y lo que podemos sacar de ellos. Tenemos unas charlas muy largas y me convenció para dejar atrás estos dos años que dices en los que necesitaba para mí como persona. Tenía muchas ganas de entrenar ya y sacar el mejor rendimiento de los chicos y creo que lo hemos conseguido. Nos hemos salvado superando lesiones, cambios en la plantilla y al final vamos a seguir otro año en la ACB.

Dijo que llegaba a Girona como bombero y no como arquitecto hace unas semanas. ¿Ahora, con la salvación lograda, puede permitirse formalizar su matrícula en la Facultad de la Ambición y mirar a la undécima posición del Bilbao Basket [está a un triunfo de distancia]?

Vamos a intentarlo, claro. Tenemos dos partidos complicados. El Granca en su casa y en menos de 48 horas tenemos que jugar contra el Zaragoza. Si podemos ganar los partidos sería perfecto para acabar con buenas sensaciones, pero también podemos quedarnos con buen regusto si competimos y dando lo máximo. Después vamos a reunirnos con Marc Gasol [presidente] y Xus Escosa [el director deportivo] y haremos un análisis de toda la temporada.

¿Le gustaría continuar la próxima temporada en Girona?

Sí, sí. Me gusta el ambiente, el club, el día a día, el grupo de trabajo y mi cuerpo técnico están muy a gusto, la afición tiene ganas y es una ciudad bonita y cómoda. Pero sobre todo me gusta la ambición de Marc, que tiene en la cabeza hacer algo más. Quiere mejorar y es algo que me intriga. A mí siempre me han gustado los clubes que tienen ambición, pero de verdad, porque hay algunos por ahí que dicen que sí que quieren hacer un proyecto y después nada. Usan la palabra y no es real. Aquí se nota y siento que quieren aprender de los errores de este año y construir algo fuerte el año que viene.

¿Piensa que haber logrado el objetivo de la salvación puede quitarle presión al equipo y jugar más alegre ahora o por el contrario perder presión y llegar relajados a Gran Canaria?

El domingo pasado en Vitoria ya sabíamos que estábamos salvados después del triunfo del Real Madrid contra el Granada y mira lo que pasó. Tengo al equipo atento sin pensar en que esto se acabó por salvarnos. Jugamos bien y ganamos al Baskonia y seguimos trabajando como si nos quedaran dos meses de competición. Desde el primer día he intentado que los jugadores den todo no sólo en los partidos sino en el día a día y esto se tiene que ver ahora. Ayuda no tener presión extra de jugarte la vida, pero vamos a jugar como si no estuviéramos salvados.

Ha ganado al Baskonia y al Valencia. Equipazos de Europa. ¿Le sirve para sentir que sigue siendo un entrenador de primer nivel ante los que pudieron llegar a pensar que había perdido su magia como técnico?

Sí, sí [ríe]. Mira, es la primera vez que estoy en un equipo en el que su objetivo es la salvación. No había tenido una experiencia anterior así y es una de las cosas que he quitado desde el principio de mi cabeza para quitarme una presión personal innecesaria. Así he transmitido a los jugadores que cada partido era una final para pensar que no teníamos otro partido para el objetivo. En vez de calcular qué partidos podíamos ganar y cuáles no, hemos ido de esta forma y así pudimos ganar a estos equipos europeos y pudimos ganar otros como al Manresa y al Barça o Unicaja. Asi que sí, me sigo considerando un entrenador de primer nivel. Medimos a veces por los títulos, récords y nos olvidamos del trabajo que hay detrás y las posibilidades que tienes con las plantillas que manejas. Sin llegar a entrenar a Barça o Real Madrid, también puedo mostrar mis números.

Sus dos últimas experiencias fueron con el Granca y el Unicaja con buenas plantillas, pero no dio sus frutos, ¿por qué?

Diría que en teoría eran así, sabes [ríe]. Con el Granca tenía mucha ilusión, por eso volví de la NBA. Estaba convencido de que íbamos a hacer un proyecto bueno y largo. Cambiamos a nueve jugadores y necesitábamos tiempo. No lo tuve para poder trabajar bien. No nos metimos en la Copa en febrero y después en febrero el equipo estaba en el nivel que yo deseaba. Ganamos al Andorra y después al Valencia y llegó la pandemia. Ahí cambió todo. Nadie puede valorar el trabajo en seis meses de competición sobre si vale o no. Es injusto valorar a ese equipo y su entrenador. Estaba convencido de que entrábamos en el Playoff y con los automatismos ya asentados. Después en la burbuja pasó lo que pasó y todo esa situación extraña que ya conoce todo el mundo y que no hay ni que recordar.

¿Y de Unicaja?

Tenía buena plantilla con muy buenos nombres individuales, pero no estaba compensado el equipo. Toda la idea al final la hicieron sin mí [ríe]. Había unos contratos que no se podían tocar y no se podía cambiar la plantilla para cumplir un ciclo. Ahora lo han hecho con Ibón Navarro con un excelente trabajo fichando y a diario. Unicaja ha vuelto a ser uno de los grandes de la liga. Así que con estos dos equipos no me salió bien por razones y motivos diferentes.

Más allá de cómo se portó el club con usted, la afición del Carpena le ovacióno cuando volvió a Málaga en marzo. ¿Qué sintió con esos aplausos?

Orgullo. Esa gente que me aplaudió es la que sufrió con el club en todo momento. No es una afición resultadista. Hizo todo lo que pude. Me dejé la piel y la gente lo reconoció. ¿Podíamos hacer más? Sí, pero hasta un punto. Fue una situación muy extraña. Dimitió el presidente y estuvimos todo el verano sin poder hacer movimientos y en agosto llegó la nueva gente. Creo que me tocó el peor momento tanto en Málaga como en Gran Canaria.

¿Cree que la afición del Granca también le va aplaudir mañana en el Arena?

Trabajé honestamente en la Isla y la gente creo que lo puede reconocer. Sienta bien cuando te enfrentas a un ex equipo y te reconocen. No tuve la oportunidad de trabajar bien en el Granca. Fueron pocos meses y nos faltó tiempo para construir lo que yo pensaba que podíamos hacer. A mi me gustaría ese reconocimiento y si ellos sienten que me pueden aplaudir será un honor. No hice nada malo al club para lo contrario.

De aquella época me confesó que había un juvenil llamado Khalifa Diop que era el mejor de los canteranos. El tiempo le dio la razón...

Lo hablaba hace poco con mis ayudantes. Ese año teníamos una cantera magnífica. Hay montón de jugadores que están jugando a un altísimo nivel en la ACB o Euroliga. Olek en Panathinaikos, Khalifa en Baskonia, Jovan que tiene ahora sus minutos, Montero el mejor joven de la liga, Steinbergs haciendo sus partidos en Manresa, el base de Finlandia [Edon Maxhuni], Rubén de la Torre también. De Khalifa lo tenía claro por su físico, pero sobre todo por su ética de trabajo. Todavía es muy joven y puede mejorar muchísimo. Olek tiene más talento, con ese tirito de tres, pero necesita pasar etapas de aprendizaje. Hizo un temporadón antes de ir a Panathinaikos y todavía está en crecimiento.

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