La sala de arte del Centro de Iniciativas Culturales de la Caja de Canarias (Cicca) acoge hasta el próximo 18 de febrero, la exposición Eduardo Millares Sall. Más allá de Cho Juáa, que incluye 172 obras de Eduardo Millares, "un pintor extraordinario, cuya obra se vendía muy bien en los años 50", asegura Franck González, comisario de la exposición junto a María de los Reyes Hernández Socorro.

Ésta destaca, a su vez, "la gran cultura artística" de Millares Sall, que se reflejó en sus creaciones, en las que plasmó su admiración por artistas como Miguel Ángel, Durero y Picasso. La mayor parte de las obras que integran esta muestra proceden de su propia familia y se complementa además con un catálogo, incluye las primeras creaciones del artista -que figuran bajo el apartado de Pre Cho Juaá-, una amplia selección de sus creaciones pictóricas, así como sus populares caricaturas, y retratos.

Eduardo Millares es recordado por todos a través de uno de los más singulares personajes que ha hollado nuestra tierra, un icono gráfico, una destacada seña de identidad de la socarronería canaria, como es Cho Juaá. Cho Juaá, el álter ego de Eduardo Millares, pues Eduardo firmaba con dicho pseudónimo, era un hombre talentoso, con un gran sentido de la comicidad, prototipo del humor canario. En el año 2012 se cumplirán veinte años de su fallecimiento. El Cicca presenta esta exposición, que pretende rescatar su figura del cementerio del olvido.

El gran acierto de Eduardo Millares fue el de captar el alma del sentir canario, y destilarla hasta su esencia para, luego, manifestarla y devolvérnosla, transmutada, a través de su propio y singular lenguaje tanto en el léxico como en la representación gráfica.