La primera función de la ópera Don Pasquale, de Donizetti, obra maestra de la ópera bufa, se representa hoy, a las 20.30 horas, en el teatro Pérez Galdós, como segundo título de la 48a Temporada de Ópera que se escenificará también los días 26 y 28 de marzo, a la misma hora. Se trata de la quinta ocasión en que esta ópera, que fue compuesta por el compositor italiano en plena madurez, llega a la capital grancanaria, siendo la última en 2006 en el teatro Cuyás.

Don Pasquale es una producción del Festival de Rávena, que ha recorrido Europa y que hace cuatro años se presentó en el Teatro Real de Madrid. Los cuatro principales roles debutan en este festival. El bajo Lorenzo Regazzo interpreta a Don Pasquale, el tenor Juan Francisco Gatell hace el rol de Ernesto, la soprano Mercedes Arcuri encarna a Norina y el barítono Manuel Esteve al personaje de Malatesta. El principal elenco se completa con el barítono canario Héctor de Armas. Se trata de una obra muy difícil de cantar, pese a que la suelen representar voces jóvenes, y es ideal para iniciar a los niños en el género lírico ya que hay música divertida y personajes muy definidos. El director de escena José Darío ha logrado enriquecer a todo los personajes y dotarlos de una personalidad más dramática.

La acción de esta ópera se sitúa en Roma, a comienzos del siglo XIX. Don Pasquale, anciano rico, está enojado con su sobrino Ernesto porque se niega a casarse conforme a sus deseos. El joven está enamorado de Norina, viuda joven y simpática, pero de condición humilde. El tío decide desheredarlo y piensa en contraer matrimonio él mismo. Con este fin, pide al doctor Malatesta que le consiga una esposa adecuada.

Tres actos

Los tres actos se desarrollan en distintas dependencias de la casa de Don Pasquale, a excepción del tercero cuyas últimas escenas tienen lugar en un jardín. Don Pasquale espera la llegada de su médico, el doctor Malatesta, para describir la novia que ha elegido para su sobrino Ernesto. Éste se niega a casarse con una rica y noble dama como desea su tío porque está enamorado de Norina, una viuda joven y simpática. El tío decide desheredarlo, casándose él mismo, y a tal efecto pide al doctor Malatesta que le consiga una esposa adecuada. Malatesta propone a don Pasquale que se casa con su hermana Sofronia, doncella bella y pura, recién salida del convento.

El montaje

La primera impresión que da Don Pasquale es que se trata de una ópera bufa. Las situaciones y los personajes están dentro de la ortodoxia del género, pero hay en ella una vena conmovedora de sentimentalismo romántico. Donizetti no se ensaña con el pobre viejo sino que se compadece de sus debilidades seniles. Y es que, tocada por la nueva sensibilidad romántica, la ópera bufa se ha renovado. Si como argumento Don Pasquale es una mezcla de tradición y novedad, lo mismo se puede decir de la música. Del lado de la tradición, hay los habituales números del bajo bufo- acompañado o no por el barítono- en que da rienda suelta a su furor o a su desaforada alegría, con el consiguiente regocijo del público. Siguiendo con lo marcado por la costumbre, destaca el uso abusivo de palabras esdrújulas y, finalmente, los dúos entre la voz de barítono o bajo, que martillea en la zona grave, mientras el tenor intenta sobresalir en la zona aguda con una melodía. La riqueza melódica es el principal atractivo en el aspecto musical. El compositor volcó en ella su inagotable vena inventiva. El apresuramiento, tantas veces criticado, puede afectar a otros aspectos de la partitura pero no a estas melodías.

El autor

Gaetano Donizetti (Bérgamo, 29 de noviembre de 1797 - Bérgamo, 8 de abril de 1848) fue un compositor italiano muy prolífico. Aunque su repertorio abarca un gran número de géneros, incluida la música religiosa, cuartetos de cuerda y obras orquestales, es sobre todo conocido por su obra lírica, componiendo hasta 75 óperas. Entre las más célebres se encuentran títulos como L’elisir d’amore, que contiene la famosa aria Una furtiva lágrima y con la que se hizo famoso de forma casi instantánea; Don Pasquale, una de las obras maestras de la ópera cómica; Lucia di Lammermoor, su obra más famosa, inspirada en la novela de Walter Scott, y una de las más altas enseñas de la tradición del bel canto, y La favorita, compuesta para el público parisino al estilo de la Grand Opéra francesa (larga duración, ballet, etc).