El Centro de Iniciativas de La Caja de Canarias (Cicca) rememora la independencia artística que marcó la obra de Menchu Gal, una de las pintoras más importantes del Siglo XX español, en una exposición que se inaugura hoy, 4 de octubre, a las 20.00 horas, y que podrá visitarse hasta el próximo 17 de noviembre.

La muestra, que lleva el título de Menchu Gal, Creando en el silencio', llega a Gran Canaria procedente del IVAM de Valencia, tras pasar por el Instituto Cervantes de Nueva York, y tras haber sido exhibida en salas de Málaga o Granada.

Se trata de 60 obras divididas en cuatro Itinerarios expositivos que llevan los títulos de Espacios vividos, recreados e imaginados; Figuras y apariencias; En sus soledades: La poética de la naturaleza muerta y que se centran en paisajes, retratos, interiores, desnudos femeninos y bodegones. Estos cuatro espacios estarán, a su vez, precedidos por una pequeña sala en la que aparecerá expuesta una biografía breve, y otra de fotografías sobre su vida y algunos de los acontecimientos más importantes que le tocó vivir.

La selección de piezas que se exhibirán en el Cicca, un total de sesenta, han sido escogidas por la comisaria María de los Reyes Hernández Socorro, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; un muestrario que, a modo de antología, ofrece una perfecta visión de conjunto de la fructífera producción de Menchu Gal.

"He seleccionado 60 obras procedentes tanto de la Fundación Menchu Gal, como de propietarios individuales, pero que están en depósito en la Fundación de Madrid", señala la comisaria. De las privadas, hay obras de Nueva York, Barcelona, Madrid, Bilbao y San Sebastián, entre estas obras destaca, además, una primicia, un cuadro procedente de una colección privada de Las Palmas de Gran Canaria titulado En las afueras de Irún y que, según Hernández , "es una acuarela, de la década de los 40, con un trazo muy sutil, y que resulta toda una sorpresa dentro de su producción".

Quienes visiten la exposición podrán comprobar su evolución representacional, a veces influenciada por el cubismo, por el fauvismo, por cierta abstracción o por un carácter más expresionista. Influencias todas que, a su vez, van sufriendo cambios cromáticos y lumínicos que hacen de sus lienzos ventanas abiertas a distintos estados.

"Menchu Gal se mueve entre un expresionismo bastante poético que resulta muy exultante sobre todo con el color", señala Hernández. "Durante un tiempo le interesó el cubismo y la abstracción, pero ella se movía casi siempre en la figuración. No le importó ir contra corriente, como lo demuestra que, a pesar de ser una mujer que estaba en la escuela madrileña y que se codeaba con pintores masculinos, tenía su idea de sentir el arte y lo llevó siempre adelante. Era muy individual e independiente y nunca le importó lo que la gente pensara", añade la comisaria. Fue la primera mujer que en el año 1952 obtiene el Premio Nacional de Pintura. "Iba un poco a contracorriente de la España franquista", señala.

Aunque Gal viviera gran parte de su vida entre las vanguardias, su individualidad aparece reflejada sobre todo en la fuerza del color del paisaje, que hace que sus pinturas no sean más bien figurativas. "Ella le da tanta pastosidad al color que algunas cosas que eran muy surrealistas las va desfigurando hasta adquirir un aspecto totalmente personal", asegura Hernández.

Con respecto a las obras que forman la muestra, Hernández destaca los paisajes de Castilla, y de su tierra natal, que fueron muy pronto seña de identidad de su producción, los bodegones, los interiores de las casas, los temas marinos, pero sobre todo la parte dedicada a los retratos. "Los personajes aparecen con una gran introspección. Son personajes tristes y ausentes", donde aparecen pintores contemporáneos suyos como son los de Ramón Faraldo o Vela Zanetti. En este punto destaca un autorretrato del 67 "con un sentido de bonhomía, pero también de bondad".

La comisaria destaca entre sus obras también, un paisaje de Ibiza del 83, "donde hay una mezcla de color joven y una construcción de las líneas especiales en donde se pueden establecer paralelismos con Nicolás Massieu y Matos. Hernández también destaca la portada del catálogo de la exposición, que muestra un desnudo de los años 40, un símbolo "como si la mujer mirara hacia adelante".

En este punto, hay que recordar que la creadora Menchu Gal fue una mujer que no solo trabajó ininterrumpidamente durante 75 años, sino que pintaba con enorme facilidad y en cualquier circunstancia que le rodeara.