"No sé si mi libro es un cuento, una novela rosa o un relato histórico, eso se lo dejo a la elección de los lectores", afirmó ayer el abogado Salvador Trujillo Perdomo, Hijo Predilecto de Gran Canaria, durante la presentación de su libro Tiempos de ayer en el Club La Provincia.

Con un lleno histórico en la sala, por lo que hubo que incorporar cien sillas más, y con mucho público de pie, el acto contó con las intervenciones del periodista Guillermo García-Alcalde, la catedrática de Filosofía de Educación Secundaria, Rosario Miranda Juan, y la hija del autor, Pino Trujillo Morales, y contó con la presencia, entre otros, del presidente del Cabildo grancanario, José Miguel Bravo de Laguna.

Salvador Trujillo aclaró que quiso escribir una selección de los recuerdos "acumulados" en su memoria desde su infancia hasta su boda, y aseguró que el libro alguna vez podrá parece divertido, otras triste "y no sé si sorprendente para los que me conocen", aclaró. Pero reconoció que "llegar hasta aquí ha sido arduo, así que ha habido momentos en que me he reído a carcajadas y he llorado cuando rememoraba otras cosas". El libro inicialmente era un promesa a su esposa tras 50 años de matrimonio, y un cuento a sus hijos y nietos.

El abogado atribuyó a un lapsus mental el calificar de porquería a la justicia en una entrevista suya aparecida hace unos días, "ya que no lo merecen los que han entregado su vida a ella". Pero añadió que "son muchos papelitos con resoluciones judiciales en espera de la eficacia que la Constitución predice para las resoluciones judiciales, y yo tengo asuntos de hace diez años".

Juventud

Guillermo García-Alcalde, que intervino en primer lugar, aseguró que Tiempos de ayer recoge la parte de la vida de Salvador Trujillo "en la que no hemos coincidido, pero me suena familiar", ya que relata una juventud con luces y sombras, y "los que hemos luchado para alcanzar la categoría de personas, nos vemos en su autobiografía, con el matiz diferenciar de saber que él es de los mejores", señaló.

El periodista rememoró la etapa de Trujillo como abogado de LA PROVINCIA, en 1972, "un periódico rebelde necesitaba asistencia jurídica casi a diario" y recordó la Ley de Régimen económico y Fiscal, la pugna por una Universidad de Las Palmas con una clase dominante que abominaba de ella, y la muerte de Franco hasta la proclamación constitucional de 1978, "que me llevó a buscar el consejo asesor de don Salvador, ya que la pericia del abogado era inseparable de la calidad de la persona". García-Alcalde recordó cómo tras Trujillo dejar la empresa "nos encontramos con una persona que iluminaba su cultura jurídica con la cultura de la vida, el equilibrio y el respeto a las ideas ajenas, y que su entrada como independiente en la política abrió una etapa de servicio al colectivo".

El periodista también rememoró su época como vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria y la calificó como "la de una persona inteligente y honesto, digna de fiar y desinteresada por la política", y destacó como logro la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, "como joya de la política". García-Alcalde terminó deseando que escriba la segunda parte "con la misma vivacidad, entusiasmo y la amenidad que hicieron tan grata la primera".

A continuación, la profesora Rosario Miranda Juan definió Tiempo de ayer "como una autobiografía escrita con amor", que rememora su infancia y juventud y hace que el lector viva acontecimientos placenteros o dolorosos vividos y relatados con gran dignidad. "El lector es transportado a una época de Las Palmas de Gran canaria cuando los centros de salud se llamaban casas de socorro o Las Canteras tiene una parte moral y otra moral. Pero por encima de todo, el autor transmite a una familia vertebrada por la sensatez de Soledad Perdomo, su madre". Miranda recordó que en el libro se asiste, desde la mirada de un niño, a la revuelta militar de 1936, con el encarcelamiento de su padre, "pero que es contado sin queja, sino con inteligencia y ecuanimidad", y recordó una frase que reza en el libro en la que Trujillo afirma que en ambos bandos no todos son del todo buenos o malos.

La profesora lo recordó como "un amante de las matemáticas que no pudo estudiar ingeniería, pero hizo Derecho con afán de aventura".

Finalmente, su hija, Pino Trujillo Morales recordó que su padre escribió el libro sólo para la familia, pero "desde que pudimos leer el libro nos pareció espléndido", y sólo se decidieron a publicarlo cuando les tuvieron la aprobación de los amigos. "El libro nos cuenta una parte importante de su vida", señaló, "producto de una gran memoria, y porque todo está escrito de forma muy apasionada".